Laura y Carolina: Bendito bikini - Relatos Eróticos

Laura y Carolina: Bendito bikini

... perfectos. Con delicadeza rodeó uno con la mano, sintiendo su peso y suavidad, mientras su boca se dirigía hacia el otro para saborearlo.

Laura gimió de placer cuando sintió los labios cálidos de Carolina envolviendo su pezón. Abrazó la cabeza de su amante contra ella, entregándose a la exquisita caricia.

Pasaron unos minutos dedicadas únicamente al placer de los senos de Laura, entre lamidas, succiones y delicadas mordidas que la tenían al borde de la locura.

De pronto, en un arranque de pasión, Carolina la empujó hacia la cama. Laura cayó de espaldas sobre el colchón, soltando una risa traviesa de sorpresa.

—Vaya, alguien está ansiosa —comentó mirando a Carolina, que se relamía los labios ligeramente mientras la observaba con deseo.

—Creo que ya sé por dónde vas, jovencita —susurró Laura. Lentamente se desabrochó el botón del pantalón y bajó la cremallera, sin dejar de mirar los ojos brillantes de Carolina.

Ésta se acercó y cogió el borde inferior de los pantalones, tirando hacia atrás de ellos hasta sacarlos por completo.

Una vez tuvo las piernas liberadas, Laura se dispuso a deshacerse también de las bragas. Levantó la cadera lo justo para alcanzar la cintura y de un tirón se las bajó hasta las rodillas Con ágiles movimientos, se deshizo de la incómoda prenda, dejándola caer por sus tobillos.

Laura no pudo evitar mostrar una sonrisa juguetona mientras se entretenía un instante con sus bragas, balanceándolas ligeramente en el dedo gordo del pie antes de lanzarlas hacia Carolina con un gesto travieso.

Ésta las atrapó al vuelo, soltando una risita. Sin pensarlo, acercó la delicada prenda hacia su nariz y aspiró el aroma íntimo impregnado en la tela.

—Mmm...hueles delicioso —ronroneó Carolina con los ojos entrecerrados y una media sonrisa dibujada en los labios.

Acarició una vez más las bragas contra su mejilla, absorbiendo el embriagador aroma a intimidad de su novia. Luego alzó la mirada y contempló extasiada la sensual imagen ante ella: Laura estaba recostada sobre la cama, con las rodillas dobladas y las piernas separadas en una postura de insinuante entrega.

Entre sus muslos se divisaba tentador su sexo, depilado en una estrecha franja de vello oscuro, que contrastaba con la piel ligeramente tostada. Esa visión de Laura, ofreciéndose sin pudor alguno, encendió todos los sentidos de Carolina.

Laura la miraba expectante, con una sonrisa traviesa bailando en sus labios entreabiertos. Su pecho subía y bajaba al ritmo de una respiración acelerada por el deseo. Extendió una mano en una invitación silenciosa pero elocuente. Su lenguaje corporal era un descarado llamado al placer y a la lujuria, y la visión era tan excitante que Carolina sintió un estremecimiento recorrer todo su cuerpo.

Incapaz de contenerse más, Carolina se quitó el diminuto microbikini que aún llevaba puesto. Quedó totalmente desnuda ante la mirada hambrienta de Laura, que recorría cada centímetro de su cuerpo con deseo.

Como una leona ...