Juego en la playa (Parte 3) - Relatos Eróticos

Juego en la playa (Parte 3)

Hola de nuevo lectores, he tardado bastante en tiempo en seguir esta historia, pero ha sido imposible escribirla antes.

Como ya habéis podido saber en los dos anteriores relatos, estaba divirtiéndome con dos mujeres mientras me hacía el sordo-mudo delante de ellas.

Con Marta ya conseguí tener sexo en la ducha del cuarto del baño, y ahora estaba en mi habitación pensando e intentando planear como hacer que Elena cayera en mis brazos, e incumpliera el pacto con su amiga.

Sabía que las dos mujeres, pese a estar casadas, estaban muy valientes, y querían jugar conmigo sin llegar a los límites establecidos. Así que mi idea era esa noche, intentar que Elena poco a poco se dejara llevar.

Mientras pensaba en la habitación como conseguirlo, por debajo de la puerta dejaron una nota que ponía “ya está lista la cena, puedes salir al comedor a cenar con nosotras”. Por lo que me puse unos vaqueros, una camiseta blanca, y salí a cenar con mis nuevas amigas.

La mesa del comedor era cuadrada, en un lado estaba Marta y enfrente Elena, por lo que me dejaron a mi una silla en la esquina de la mesa, entre las dos mujeres. Las dos estaban radiantes.

Marta se había puesto unos pantalones ajustados, con una camisa verde, y varios botones de la camisa desabrochados enseñando su gran escote… mientras que Elena llevaba un vestido negro corto mostrando sus piernas y su figura. Mientras tomábamos el aperitivo, Elena le dijo a Marta:

- Vaya escote llevas, le estás enseñando casi todo al chaval, ten cuidado que hay unas reglas que no debes sobrepasar…

- Que va, no te preocupes, solo es para animar un poco al chico, que bastante mal lo debe estar pasando siendo sordomudo, y ya que no nos oye y no le podemos poner cachondo con nuestras palabras, por lo menos que sea con nuestras vistas…

Lo que no sabía Elena es que Marta ya se había saltado las reglas antes de la cena, cuando en el aseo habíamos follado como locos.

- Tienes razón Marta, juguemos un rato con el, que nos toca divertirnos sin nuestros maridos, un brindis por nosotras

- Claro que si chin chin

Y brindaron las dos delante de mí, haciéndome un gesto para que yo cogiera mi copa y brindará con ellas por esa noche que jamás olvidarian.

Marta hizo la cena, y se levantaba todo el rato del comedor a la cocina, y de la cocina al comedor trayendo y quitando los platos de la mesa. Cada vez que se levantaba a quitar las cosas de la mesa se agachaba un poco para que su camisa quedara suelta y así mostrarme unas vistas perfectas de sus tetas. Yo no les quitaba ojo cada vez que hacia ese gesto, me encantaba ver aquellas tetas que horas antes habían estado en mi boca.

Por otro lado, Elena se estaba percatado de todo y no quería quedarse atrás en ese juego, ya que eso no sobrepasaba los límites establecidos. Elena aprovechaba que estaba a mi lado, bastante pegada, y por debajo de la mesa disimuladamente con sus piernas me daba a mis piernas, para que yo me girara hacia ella, y establecieramos ...