1. Corrompiendo a mamá Libro II -- Cap. 10


    Fecha: 05/06/2019, Categorías: Incesto Autor: JOS LIRA, Fuente: TodoRelatos

    ... rebotando en mis muslos, botando una y otra vez, mientras de lado observo cómo sus tetas cuelgan como una perra embarazada me contaminan la mente.
    
    ¡Plas! ¡Plas! ¡PLAZ!
    
    —“¡Ah!” “¡Aaaah!” ¡Tito! ¡Tito! “¡Ah!” “¡Aaaah!”
    
    Con su culo enrojecido, con sus nalgas botando sobre mí, y con sus tetas agitándose adelante y atrás, juro por Dios que ella nunca había gritado tanto como ahora. Sus aullidos de loba en brama son tales que bien podrían oírla todos los vecinos de la cuadra.
    
    ¡Plas! ¡Plas! ¡PLAZ!
    
    Esa sensación que tengo de estar colisionando mis huevos sobre sus muslos me encienden. Y por eso enredo sus cabellos rubios en mi muñeca, y levanto su cara para que mire la puerta. Y yo le fornico el culo una y otra vez. El cosquilleo que siente mi glande me previene que voy a correrme en segundos.
    
    —¡Puta! ¡Puta! ¡Eres una madre putaaaaa!
    
    —¡Tuya… mi amor… soy tu puta… tu madre putaaaa!
    
    —¡Jodeeer!
    
    Ese cosquilleo creciente me hace temblar cada músculo de mi cuerpo. Mis resuellos se vuelven gritos, y mis gritos se convierten en vergonzosos gemidos de placer.
    
    Y yo descargo todo mi semen dentro de su culo, y ella cae sobre el suelo, aplastándose sus gordas tetas, cansada y satisfecha. Pero, sobre todo… con su culo repleto de mi leche.
    
    Apenas me doy cuenta de que Nacho ha estado allí, de pie, justo detrás de nosotros, mirando con asombro y estupefacción lo que acabamos de hacer. Pero yo me levanto, con una sensación agridulce. Limpio los restos de mi leche con el vestido de mi madre y después me lo guardo en el pantalón.
    
    —Servida —le digo a Sugey cuando me acomodo el pene en mi bóxer.
    
    Me duele muchísimo ver a mi madre allí, en el suelo, como una prostituta barata, pero me exijo ser fuerte y convencerme de que ella se lo buscó.
    
    —¿Tito? —dice ella segundos después, cuando intenta incorporarse.
    
    Me ofrece su mano para que la ayude a levantarse pero yo se la niego.
    
    —Esto no cambia nada, Sugey —le digo, cuando la veo sonreír.
    
    Entonces, toda clase de esperanza se difumina de su cara. Sugey es levantada por Nacho pero este luego vuelve a retroceder. Aprovecho que ella se ha retirado de la puerta para hacer amago de salirme.
    
    —Hijo, ¿a dónde vas?
    
    —A la mierda, Sugey —le contesto a la defensiva.
    
    Ella pestañea. Y me duele ver sus ojos azules encharcarse de nuevo.
    
    —Hijo… creí… que con esto quedaba demostrado que yo te amaba de verdad.
    
    —Te advertí que me iba, y me voy, Sugey. El sexo contigo es delicioso, pero no cambia nada.
    
    —¡Pero Ernesto… ¿qué es lo que te ocurre?!
    
    —Ocurre que no voy a tolerar un segundo más de burlas y humillaciones.
    
    —¡Ya te lo he explicado, hijo, creí que lo habías entendido!
    
    Nacho mira el culo de Sugey y yo, al mirarla también observo cómo un hilo de semen resbala por sus muslos.
    
    —¿Crees que soy un estúpido, mamá? Esto lo tenías orquestado tú y él, con el único propósito de burlarse de mí. Nunca hubo un plan para sacarlo de nuestras vidas, tú simplemente te dejaste llevar por ...