Bucal callejero en Biarritz - Relatos Eróticos

Bucal callejero en Biarritz

... aceleró al máximo, la piel se me erizó, los ojos se me pusieron blancos y comencé a acabar. Tuve un fuerte espasmo en el cuerpo y solté el primer chorro de leche, acompañado de un gemido agudo de placer “Ahhhh”. Mi novia no dejó nunca de chupar, por el contrario, aumentó el ritmo de sus embestidas bucales para darme un máximo de placer en el súmmum. Siguieron cinco o seis disparos más de semen -imposible contarlos en esos instantes- y ella tragando todo como una glotona. La furiosa corrida había terminado; no dejó caer ni una sola gota de mi néctar y al sacarse la pija de su boca, se aseguró de darle dos o tres lengüetazos más al glande para recolectar los últimos vestigios lácteos que seguían brotando. La ayudé a levantarse, me miró con sus ojos fogosos, me besó y me dijo: “qué delicia”. Yo, aún con mi pene afuera, correspondí ese chupón con lengua y me sentí extasiado. Fue una mágica e inolvidable faena en aquella cálida noche francesa y el sabor de mi leche en sus besos me lo confirmó.

A los pocos minutos retomamos nuestra caminata de vuelta al departamento. Al llegar le chupé la concha como media hora para recompensarla por su increíble trabajo. Y nos echamos un polvo brutal para cerrar una velada maravillosa.