1. Consentida por mis hermanos mayores


    Fecha: 04/06/2019, Categorías: Incesto Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    ... descubrí las hasta entonces ocultas maravillas del sexo.
    
    Con quince años ya me dedicaba a ligar con compañeros de clase. Dispuesta a averiguar todos los misterios de la relación entre chicos y chicas, enseguida pasé de los besos inocentes a estar abierta de piernas para cualquiera que pudiera hacerme gozar. Empecé con otros niños pijos como yo, pero pronto necesité que me dieran más caña.
    
    En casa seguía dando la imagen de santa para mantener mis privilegios. Siempre que tenía planes, me vestía de punta en blanco y decía que iba a estudiar a casa de una amiga. Por aquel entonces mis hermanos, ya veinteañeros, habían montado sus propios negocios con el dinero de mi padre. Enzo, obsesionado con su físico, tenía un gimnasio de mucho éxito. Carlo, mi favorito en aquella época, era un entusiasta de los coches y poseía su propio taller para los de alta gama.
    
    - Acércarme al centro, por favor.
    
    - Lexi, tengo que ir a trabajar.
    
    - Eres el jefe, no pasa nada si llegas cinco minutos tarde.
    
    - Tengo que dar ejemplo.
    
    - Porfi, me están esperando para estudiar.
    
    - No me mires con esa cara.
    
    - Es la mirada de una niña suplicando a su hermano favorito.
    
    - Que no te escuche Enzo.
    
    - ¿Me llevas?
    
    - Sabes que no puedo negarte nada, enana.
    
    Al final siempre cedía y me llevaba a cualquier parte que le pidiera. Él pensaba que nos dirigíamos a casa de una amiga, pero en realidad era la de mi rollete de ese momento. Me despedía de mi hermano como una niña buena, y dentro del portal me quitaba la falda y blusa de monja para quedarme en top y shorts. Una pequeña dosis de maquillaje y a follar toda la tarde.
    
    A Carlo le encantaba que le dijera que era mi hermano favorito, ajeno a que engatusaba a su gemelo con esas mismas palabras. Si uno me hacía de chófer, con el otro tenía garantizado un entrenador personal. En esa delicada edad en la que el físico puede acomplejar, yo trataba de suplir mi escasez de tetas poniendo mi gran culo todo lo en forma que podía. Enzo no sabía que mi intención era tener un trasero que me hiciera lo más follable posible, pensaba que simplemente me gustaba el deporte.
    
    - ¿Puedo ir a tu gimnasio esta tarde?
    
    - Te he dicho mil veces que es solo para mayores de edad.
    
    - Pero yo soy tu hermanita, puedes hacer una excepción.
    
    - Sabes que prefiero entrenar contigo en casa.
    
    - Esos dices, pero casi nunca estás aquí.
    
    - Bueno, vale, pásate por allí un rato.
    
    - Eres el mejor, Enzo.
    
    - Intenta hacer nuevos ejercicios, que solo haces sentadillas.
    
    - Es que no sé más.
    
    - Pues de te va a poner el culo duro como una roca.
    
    - Qué cosas tienes.
    
    Me gustaba entrenar en el gimnasio de mi hermano, tenía un aspecto moderno y estaba muy bien equipado. Pero sobre todo me seducía saber que había hombres devorándome con la mirada sin saber que era la hermana pequeña del dueño. Cuando estaba allí, Enzo solo tenía ojos para mí, se volcaba en ofrecerme el mejor entrenamiento posible.
    
    Con mis padres también iba todo ...
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