1. Capítulo 2: De su hijo a su mujer (Orgasmo involuntario)


    Fecha: 03/06/2019, Categorías: Gays Incesto Sexo con Maduras Autor: MachoLingerie, Fuente: SexoSinTabues30

    ... del líquido que mojaba la tela.
    
    Yo ya sabía que cada noche que tocara el pene de papá brotaría ese líquido. Yo ya conocía el aroma suave, el sabor dulce, la textura viscosa de ese líquido que salía desde el pene de papá. Lenta pero constantemente yo lo iba lamiendo con mi lengua, llenando cada espacio de mi boca pequeña, paladeándolo como cuando probaba algún dulce que me encantaba.
    
    Como tantas otras veces, logré liberar su pene del slip para admirarlo a la luz que entraba de fuera y agarrarlo firmemente, intentando encerrarlo entre mis dedos sin poder lograrlo por su grosor. También, como tantas otras veces, llevé mis labios para besarlo, para sentir ese líquido que sentía como un regalo que me daba mi padre y que con mi lengua iba recogiendo y saboreando. Luego de eso, era de costumbre, abrir mis pequeños labios rosados y tibios, para encerrar entre ellos esa cabeza grande y esponjosa que entraba en mi boca. En mi inocencia de niño, no podía saber, que procurándome ese placer increíble al saborear su glande esponjoso y beber su líquido, le estaba dando un placer a mi padre que no podía evitar mientras dormía.
    
    Por eso, teniendo todo su glande completamente dentro de mi boca mientras recorría suavemente con mi lengua sus contornos, sentí de pronto que el tronco de su pene temblaba de un modo que nunca había sentido. Lo acaricié con mis manos como para calmarlo, pero el temblor empeoraba, pues el tronco se contraía y se expandía en espasmos. No sabía lo que pasaba, porque de todas las noches de placer oculto que me había regalado, metiéndome en la boca el pene de mi papá, nunca algo así había ocurrido. Saqué la cabeza de su glande de mi boca y agarrando el tronco firmemente con mis manos intenté contener los espasmos, imaginando que algo terrible pasaba.
    
    No sabía qué, pero quizás mi papá hasta podría morir. Más me asustó aún sentir que su cuerpo temblaba y que su respiración se aceleraba. No podía ver mucho todo lo que estaba pasando. Más bien eran sensaciones que percibía, como el calor intenso bajo las sábanas, que me hacía sudar y sentir enrojecida mi cara. Mi padre también estaba sudado, porque podía sentir la humedad en sus muslos y en su entrepierna, mientras mis manos seguían aferradas al tronco de su pene. Con mi cara a tan solo centímetros de su glande, mi lengua instintivamente quiso lamer de su líquido, pero en ese momento mi padre dio un gemido sordo y sentí en mis labios la descarga de un líquido caliente, espeso y muy perfumado que chorro tras chorro inundó mi lengua sin poder contenerlo.
    
    Pero mi corazón se paralizó cuando sentí la mano grande y cálida de mi papá sobre mi cabeza, como palpando que es lo que había entre sus piernas. Pensé que me había descubierto y sólo atiné, con mis labios y con mi lengua, a tratar de sorber y beber ese líquido que aún seguía tibio sobre su vientre, para esconder la evidencia antes de que se despertara completamente
    
    Pero unos segundos después él se intentó incorporar y, aún ...