1. Túnel dimensional, Camelot


    Fecha: 01/06/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... coño. Se limitaban a traer bandejas con nutritiva comida repleta de grasas y dulces.
    
    En algún momento teníamos que salir de la habitación y el laboratorio. Aunque me mostraron algunos de sus trucos más sencillos. Yo también pude compartir con ellos algunoa técnicas tecnológicas de mi tiempo. Además de iniciar una investigación sobre el túnel que por supuesto no llegó a ninguna parte.
    
    Para presentarme ante la corte Morgana me prestó uno de sus mas bellos y elegantes vestidos en seda ribeteado con pieles y piedras preciosas, verde bosque y con un generoso escote. Hacía juego con el azul cielo que la bruja lucia a mi lado o el de purísimo blanco que la rubia Ginebra lucia en su trono al lado de Arturo. Creo que ese tipo de cosas ya las tenían coreografíadas.
    
    Ninguna de nosotras usaba ropa interior como parecía ser costumbre en la época. El rey cubierto con una resplandeciente armadura completamente fuera de su época lleva al cinto una hermosa espada con empuñadura de piedras preciosas. Era la espada de la piedra, la espada de Inglaterra, no el regalo de la dama del lago, la embrujada Excalibur.
    
    Cuando pude examinar tan bella arma descubrí el fino acero damasquino, las delicadas tallas de los gavilanes y el pesado pomo. Además de las piedras preciosas que adornaban la empuñadura que en mi tiempo valdrían una fortuna.
    
    A su espalda Lanzarote, el paladín del rey, montaba guardia apoyado en una enorme lanza. Sin su yelmo se podía apreciar a distancia su carisma y lo guapo que era. Recibí los alagos de caballeros y damas además de prodigar yo misma alabanzas a la gallardía y belleza de los miembros de la corte.
    
    Lógicamente esa fue una ocasión formal, una audiencia. Pero increíblemente Arturo no tenía un salón del trono como tal. Me recibieron en la sala de la mesa redonda. Por si no estuviera bastante deslumbrada por los personajes y el lugar en el que estaba esa impresionante pieza de marquetería terminó de dejarme anonadada.
    
    De labios de Morgana sabia que los tres compartían lecho. Cualquier cotilleo sobre la corte me vendría bien para hacerme una idea más competa de la situación. La maga me relató como de vez en cuando invitaban a quien les complacía ya fueran caballeros o damas o incluso cualquier belleza o jovencito del pueblo y evidentemente a los magos de la corte.
    
    Supongo que lejos de la corte y los amorosos brazos de la reina los dos aguerridos guerreros se consolaban muy juntos en sus campañas. Eso parecía una buena opción para pasar las largas noches de la guerra sobre un solo jergón.
    
    Incluso yo pude disfrutar sin complejos de los encantos de la reina y sus damas, y de las hermosas pollas del rey y sus caballeros. Allí no se cortaban mucho en disfrutar de sus cuerpos. Lógicamente eso fue en audiencias mucho más privadas.
    
    A la noche siguiente Lancelot me condujo a los aposentos de la reina. Ella estaba tumbada boca abajo completamente desnuda sobre las pieles de su lecho. La larguísima melena rubia de Ginebra se ...
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