1. Descalza - 2 -


    Fecha: 31/05/2021, Categorías: Fetichismo Autor: ARETIFISTA, Fuente: TodoRelatos

    ... y lamer cada uno de los dedos de esos pies tan hermosos, antes de recorrer con su lengua toda la superficie de su suave y blanca planta.
    
    Tras bajar del autobús descalza, Silvia se detuvo ante la entrada del metro con las zapatillas en la mano y sintiéndose observada por la gente que iba y venía por la calle y entraba y salía del metro.
    
    El chico que había sentado a su izquierda en el autobús paso junto a ella mirando fijamente sus pies, sin que ella se diera cuenta de cómo se relamía los labios al hacerlo, mirándolos además con lujuria, pasión y deseo.
    
    Estuvo casi cinco minutos parada a un lado de la entrada, descalza, mirando sus pies descalzos sobre el asfalto, en un hermoso contraste de colores, con sus calcetines deportivos color blanco sobre el asfalto, cubriendo la desnudez de sus pies, deseando ver como quedarían sus pies desnudos del todo en esa superficie gris, pensando en que hacer, hasta que finalmente, meneando la cabeza y sonriendo, se calzó las deportivas, se las ató y entró en el metro de Madrid. Mañana será otro día, y podría repetir las sensaciones de hoy, e incluso, porque no, aumentarlas más, y si no, tenía muchos días por delante, se dijo decidida a vivir descalza desde ahora todo cuanto pudiera.
    
    Serían las seis de la mañana cuando Silvia entró por la puerta de su casa.
    
    Nada más cerrar la puerta tras de sí, la joven llegó hasta su dormitorio y se quitó las medias sin mirar la negra y roída superficie de las plantas, para quitarse el vestido a continuación, quedándose vestida solo con el tanga. Sentada en el borde, miró sus pies viendo las plantas sucias. Sonrió. Eran hermosas incluso así se dijo, muy hermosas. Se las acarició sintiendo su aspereza y las durezas que tenía en sus pies por andar descalza y que a pesar de las constantes cremas hidratantes y masajes que se daba se habían formado en sus plantas. Aun así, la gustaban.
    
    Sin dudarlo, se agachó sobre ella besándolas y lamiéndolas sin reparo alguno, como había hecho durante tanto tiempo y tantos años atrás durante cada día, Fernando. En el fondo, aún le echaba de menos. Desde él, no ha salido con nadie, no ha conocido a ningún chico que la atraiga, y los pocos que se han interesado por ella alguna noche, a los pocos días, al enterarse de su costumbre la dejaban. No, nadie como Fernando, como durante aquellos años de universidad con él; nadie la había conseguido tocar, no solo íntimamente, si no sus pies, sobre todo, como Fer lo había hecho. Quizás porque él había sido el primero en todo, fue con lo que se quedó, no solo porque Fer había sido la primera persona que la había tocado y lamido los pies, la que más sensualmente la había tocado, la que más cálida y delicadamente la había tratado, y con la que más había gozado, si no con el que perdió su virginidad,
    
    Se tumbó en la cama, boca arriba, con las piernas abiertas y pensando en Fernando, en sus manos recorrer su cuerpo, en su boca besándola, lamiendo sus pies, succionando sus pezones como si quisiera ...