Teresa, mi vecina, me ayuda a superarlo (ll). - Relatos Eróticos

Teresa, mi vecina, me ayuda a superarlo (ll).

... dice tomando mi mano por la muñeca. Mi mano cuelga inanimada siguiendo sus deseos.

—Así…así…completamente muerta…para que la pueda dirigir a mi conveniencia— dice conduciendo mi mano hasta situarla a la altura de mi cara— ya no tienes mano….es mia…— rie alborozada al notar que mi mano responde solo a sus ordenes.

Hace que roce con mi mano mi propia nariz, mis mejillas…mis orejas y mis labios…produciéndome unas cosquillitas muy agradables.

—¿Te gusta papi?...¿te gusta?...— pregunta mientras acaricia mi cara con mi mano inerte como si fuera suya.

—Shhhhh…cierra los ojos…no digas nada…¡así es mas divertido!— me ordena poniendo sus dedos sobre los parpados para obligarme a cerrar los ojos— no, no los abras…—dice brincando una y otra vez sobre mi regazo.

No puedo evitar sentir sus culadas sobre mi entrepierna, Teresa está rellena, golpea con fuerza y provoca que mis depravados instintos despierten una vez mas.

—Así…así…suave…despacito…despacito— dice guiando mi mano para que roce por su cara.

Cuando más distraído estoy, gozando de sus delicadas caricias…descubre el juego…coge mi mano por la muñeca…toma impulso y la estampa contra mi cara dándome un sonoro bofetón. Teresa estalla en carcajadas…se rie sin parar…ha conseguido el objetivo del juego…me ha distraído lo suficiente para darme un tortazo con mi propia mano.

—¡Ay! ¡Ay…qué divertido…papi…papi!— dice risueña botando sin parar sobre mi entrepierna.

—Jacinto…vamos a jugar…deja la mano tonta…deja que yo la dirija— me dice tomando el control de mi mano— tu mano es mía y la uso jugar con ella— me coge por la muñeca, levanta mi mano y hace que sobrevuele sobre su cuerpo.

Me dejo conducir…dejo la mano muerta sin desactivar las terminaciones táctiles que me permiten sentir el contacto de las yemas sobre la tela de su vestido. Lleva mi mano arriba y abajo, rozando sutilmente con su cuerpo, adaptándose a sus curvas….elevándose sobre su pechos, remontando hasta el pezón para terminar sobre la piel desnuda bajo su cuello.

Me gusta mucho sentir como a cada pasada su pezón crece y endurece bajo la tela, la punta de mis dedos recorre su cuerpo al ritmo que ella quiere y con la presión que desea.

—¡Que tetas tan bonitas tienes— le digo mientras ella rodea con mis dedos sus pezones…dando toquecitos y haciendo rozar mis uñas a contrapelo como si quiera demostrarme lo duros que se le ha puesto.

—La mano la quiero inerte …floja…que solo me obedezca a mi— me dice llevándola hasta el bajo del vestido…donde empieza su muslo…

Mis dedos tropiezan con la tela…se retira lentamente…descubriendo su entrepierna…peludita aunque últimamente se ha recortado bastante los pelitos y eliminado otros…guia mi mano por encima de su pierna…hacia su vientre descubierto…luego baja por la otra pierna…hasta mitad del muslo…para a continuación volver a subir por el espacio entre ambas piernas

—Me gusta tocarme la conchita con tus dedos…es una sensación extrañamente placentera— me dice mientras ...