Teresa, mi vecina, me ayuda a superarlo (ll). - Relatos Eróticos

Teresa, mi vecina, me ayuda a superarlo (ll).

... tuviese un juguete… me hace correr igual que treinta años atrás.

—ostia, qué bien…me alegro por ti— le digo sintiéndome reconfortado al ver que mis enseñanzas a Teresa tienen un bonito efecto colateral. Si Miguel supiera el origen de su felicidad quizás se sentiría mal pero no tiene por qué saberlo. Tal y como está la situación los tres estamos satisfechos.

—Quizás no debería haberte dicho nada…no quiero que por esto cambies tu opinión sobre ella. Es una mujer muy bondadosa que se vuelca en ayudar a los demás…¿me prometes que no le dirás nada? Yo te lo he contado para que te animes a buscarte una pareja, a tu edad todavía se puede disfrutar con una mujer—me dice muy convencido.

—Si, sí… gracias tu secreto está a salvo conmigo. Voy a tener tu consejo en consideración. Gracias. Y tú…disfruta todo lo que puedas…que nos quedan cuatro días— le digo guiñándole un ojo en señal de complicidad.

A media mañana viene Teresa a por la dosis diaria de morbo que compartimos. Tiene llave del apartamento para entrar incluso cuando yo no estoy…no la oigo llegar. Cuando me doy cuenta de su presencia la descubro a mi espalda viendo sobre mi hombro la pantalla del laptop. Me ha pillado “in fraganti”. Estaba leyendo un relato muy morboso en el que un hombre mayor seduce a una jovencita. Al final del escrito sale una webcam donde hay una chica tocándose la vulva.

—Vaya, vaya…¿de aquí es donde sacas la inspiración para las cosas que me haces?— me dice Teresa cogiéndome la cabeza con ambas manos mas mostrarme que ella es la dueña de mi cerebro.

—Sí, claro…es una ayudita…aunque contigo ya me inspiro suficiente. ¿quieres que veamos juntos algun video porno?...hay algunos muy buenos—sugiero

—Papaito…¿por qué quieres pervertir a tu niñita?. Solo quiero aprender con mi “papa”— me contesta mi vecina adoptando una pose de niña defraudada.

Resulta curioso, Teresa es una mujer madura, con un cuerpo lleno de curvas, voluptuoso y sin embargo le encanta adoptar el papel de chica adolescente iniciándose en el mundo del sexo. A mí me gusta el roll de papá cariñoso, papá instructor y papá severo si ella no se comporta adecuadamente. Las primeras lecciones han ido dedicadas a perfeccionar el arte de hacer unas buenas pajas. A juzgar por los comentarios de Miguel se ha llevado los deberes a casa, ha practicado lo suyo y podemos decir que ésta unidad formativa ya está completada.

—Papa, papá…juguemos a la mano tonta…venga, venga…¡que es muy divertido!— dice Teresa poniendo voz aniñada.

Se sienta a horcajadas sobre mi interponiéndose a la pantalla del lapto y haciendo reposar su culote sobre mi entrepierna. Me coge la cara entre sus manos, me apretuja las mejillas y mueve mi cabeza a un lado y a otro con intención de atolondrarme y así conseguir que ceda a sus pretensiones.

—Hoy empiezo yo…empiezo yo— grita alborotada y deseosa por empezar el juego lo antes posible.

—Dame la mano…y déjala muerta— me pide insistentemente— mas muerta….mas…mucho mas muerte— ...