1. Yo me opongo


    Fecha: 29/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos

    ... complaciente como nunca jamás lo había hecho, entregándose a mis caricias como jamás en la vida se había entregado, dejándose llevar, moviendo sus caderas y gimiendo con fuerza, abrazándose a mi cuerpo, transmitiéndome su necesidad de sentirme cerca, de experimentarme dentro de ella.
    
    Eyaculé en su interior, en medio de gritos y gemidos, mordiendo suavemente uno de sus senos mientras sentía como los chorros de semen que salían de mi cuerpo, encontraban su nuevo hogar en el vientre de la mujer que tanto amaba.
    
    Nos quedamos abrazados un momento, sin querer abandonar su cuerpo ni la calidez de su piel, experimentando sus senos aplastándose contra mi pecho, mientras sentía los latidos de su corazón vibrando sobre mí.
    
    - Nunca hubiera funcionado - dijo ella en un susurro - mirate, mira tu vida, solamente eres un empleado más, apenas puedes mantenerte a ti mismo. Merezco algo mejor, merezco lo que Marc me puede dar, lo que tu jamás serías capaz de brindarme. Así que espero que hayas disfrutado de este pequeño capricho, porque tú y yo nunca volveremos a estar juntos de esta forma, no pondré en juego mi futuro por un rato de sexo intrascendente contigo, sin importar lo mucho que me guste o lo divertido que pueda ser, así que mejor que te hagas a la idea. Y quitate de encima que tengo que irme ya, me caso en unas horas y tengo que estar lista para mi hombre, el macho que sí es digno de ser llamado hombre.
    
    ***
    
    Pasaron algunas horas antes de llegar a la iglesia, vestido de la forma apropiada para lo que se avecinaba, preparado para presenciar el que probablemente sería el evento que cambiaría por completo nuestras vidas, de una forma completamente radical para todos los involucrados.
    
    Marc, el novio, lucía nervioso al estar parado al frente de la iglesia. Miraba a su familia obsequiándoles alguna sonrisa esporádica de vez en cuando, nunca volteó a verme.
    
    Miré a mi alrededor, maravillándome un poco con la forma tan elegante en que Marc ordenó arreglar la iglesia, saturándola de flores blancas y muy hermosas, envueltas en paños de seda que de solo verla me hacía sentir completamente fuera de lugar.
    
    La música que anunciaba la entrada de la novia se escuchó y entonces entró ella, tomada del brazo de su padre, caminando orgullosa, sonriente, feliz por iniciar su vida de ensueño, a lado de un hombre al que no amaba, pero cuya cuenta en el banco le hacía ignorar todo lo malo que aquel sujeto pudiera tener.
    
    La ceremonia comenzó entre las lágrimas de muchas mujeres, las oraciones del sacerdote que los casaba, la música de fondo que emergía del órgano eclesiástico y las bellas voces de un coro de niños sumamente talentoso.
    
    El momento crucial de la ceremonia llegó cuando el sacerdote preguntó si alguien se opondría a aquella unión. Por un momento pensé que no tendría el valor, que al final no lograría decir lo que debía, pero justo me encontraba en aquella encrucijada cuando miré a Marc, cuyos ojos permanecían inmóviles, viéndola ...