1. El viaje


    Fecha: 29/05/2019, Categorías: Hetero Autor: mifurro, Fuente: TodoRelatos

    Nunca me ha gustado viajar de noche, pero en aquella ocasión, tras un fin de semana fantástico en Barcelona, decidí que era la mejor opción, ya que quise aprovechar hasta el último momento mi estancia en aquella magnífica ciudad. Estuve visitando a unos amigos que viven allí, con quienes lo pasé en grande: salimos de fiesta, estuvimos en varios conciertos, un poco de playita, terraceo y paseos por gran parte de las zonas más típicas. Plan de turista total. No me puedo quejar de cómo me trató la ciudad, ni por supuesto, mis amigos.
    
    El caso es que, aunque el lunes a primera hora de la mañana trabajaba, como decía, apuré Barcelona y compré billete en el último autobús, el nocturno de las once de la noche. Sabía que era muy arriesgado porque nunca consigo dormir cuando voy en autobús, pero había que hacer el esfuerzo. A la hora de comprar el billete, escogí la opción de poder seleccionar asiento. Haciéndolo así, el billete sale un poco más caro, pero en los autobuses, por lo general, me suele gustar sentarme atrás del todo, en la última fila. Por tanto de esta forma me aseguraba de poder sentarme en esa zona.
    
    Con mucho cansancio pero a gusto por el tiempo disfrutado en la ciudad condal, dejé mi maleta en el compartimento lateral del autobús, antes de subir al mismo. Conmigo llevaba una pequeña mochila donde tenía el ordenador portátil, un botellín de agua y una bolsa de frutos secos para picotear. Una vez dentro del autobús, me dirigí a la última fila y para mi sorpresa vi que había una chica sentada en mi sitio. Le comenté que ese era mi sitio, y ella haciéndose la despistada se disculpó... Como yo estaba ciertamente cansado y viendo que había bastante más sitio libre en el resto de filas (tres o cuatro personas sentadas en la zona delantera), le dije que no se preocupara y decidí sentarme en otro lado, dos filas delante. “Tiene cojones”, pensé. “Con la de sitios que hay libres a estas horas y tiene que haber una tía sentada justo en el mío”.
    
    El viaje fue bastante normal, haciendo parada en Lleida para que subieran dos personas más y otra parada hacia la mitad del camino, la de rigor de casi media hora para el cambio de chófer del autobús. Yo bajé a estirar las piernas y a comer algo de los frutos secos de mi mochila. Fue aquí donde me fijé en la chica que me había robado el sitio, ya que dentro del autobús no pude verla bien y ella bajó unos minutos después que yo, también para estirar las piernas.
    
    No estaba mal la chica. Era rubia, con el pelo rizado, y llevaba un jersey de lana que marcaba un poco sus pechos, que en principio no parecían grandes pero no tenían mala pinta. Vestía también unos vaqueros, gracias a los cuales pude ver que su culo estaba bien torneado. No me fijé mucho más en ella, pero fue lo suficiente como para recordar a algunas de las chicas que había visto el fin de semana en la playa o en alguno de los conciertos en los que estuvimos. Al final no ligué nada, pero al menos buenos momentos de charla y flirteo sí hubo ...
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