1. YO 28, EL CHICO DE LA CALLE…13 (31).


    Fecha: 29/05/2019, Categorías: Gays Autor: Pinkys, Fuente: SexoSinTabues30

    ... simplemente lo apreté a mi cuerpo penetrándolo completamente. Escapó de sus labios un quejido, pero ya estaba completamente empalado, quedándome yo inmóvil mientras se acomodaba su ya no virgen culo a mi miembro. Comencé pues a moverme, metiendo y sacando, sintiendo ese calor en su culo, me llevaba a eyacular, para lo cual me quedaba inmóvil que quería extender ese mágico momento lo más posible.
    
    Reanudaba mis movimientos, abrazando al chico, besando su cuello, mordiendo sus orejas, haciéndole gemir y empalándolo hasta lo más profundo que podía. Mis detenciones ya se hacían incontenibles así que empecé a follarlo más fuerte, casi con violencia, el pasaba su mano hacia mi culo para atraerme y sentirme más adentro. Y así hasta que ya vino la explosión de mis huevos inoculando gran cantidad de semen dentro de su cuerpo, chorros y chorros que junto con mis gemidos llenaron de sexo la habitación. Algunas gotas de sudor en mi frente mostraban la entrega que de mi parte hubo para aquella primera vez en el culo del chico, quien también gemía de placer y algo de dolor provocado por mi follada.
    
    Me quedé en esa posición, lamiendo el sudor de su cuello, besándole y dejando que mi pene volviera al estado de flacidez, lo que ocurrió algunos minutos después, junto con un poco de semen que escurrió del interior del lampiño y casi infantil culo desvirgado.
    
    Desde ahí, cada tarde al llegar del trabajo era un placer seguro. El chico siempre estaba acostado en el sillón mirando tv, me hacia la mamada respectiva y nos íbamos al dormitorio donde lo follaba en todas las poses imaginables, su cuerpo menudo ayudaba en ello que de forma elástica se posicionaba como yo pedía. El placer era mutuo. Su culito ya soportaba mi miembro sin problemas, que la ductilidad de la piel juvenil ayudaba en ello.
    
    Pero nada es eterno. Recibí una muy buena oferta de trabajo en Santiago, la capital que me obligaba a irme y regresar a casa 2 veces al mes, período que el chico no podía quedar solo, por lo que tuve que pedirle se fuera, además era comprometedor para mi dejar un chico en mi casa sin justificación, y podía llevarme a lios con la justicia.
    
    Con dolor del corazón me acompañó al terminal de buses, donde después de un fuerte abrazo me subí al bus sin mirar atrás. Le entregué algún dinero para que se mantuviera algunos días, y le recomendé regresara a su casa………nunca más supe de él.
    
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