1. El crucero


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tenías bien engañados a Ramón y a mí, dijo Walter. Eres una verdadera puta. Me estás trabajando la polla con tu boca como no lo había hecho ninguna mujer y te aseguro que he follado con unas cuantas zorras. Por tu trabajo creo que te voy a regalar mi leche de un momento a otro, le dijo.
    
    No quiero que te corras, lo que quiero es que me metas ese pellón que tienes y pueda sentirlo dentro de mí, contestó Laura.
    
    En ese mismo momento yo me pegué una corrida dentro de Laura que nunca había experimentado.
    
    Walter sacó la polla de la boca de Laura y le regó la cara y las tetas con su semen espeso que ella se encargaba de recoger con las manos y lamérselas.
    
    Que leche más caliente y rica me has dado cabrón. ¿Espero que tengas más para darme? Espetó Laura con rabia.
    
    No temas zorra, ahora te voy a comer la concha y después te voy a enseñar el poder de mi polla.
    
    Cogió a Laura y la tiro sobre la cama, pasando a comerla el coño y pasarle su lengua hábil por el clítoris.
    
    Laura se retorcía de gusto y le pidió a Walter que le dejase otra vez comerle la polla.
    
    Walter accedió y se colocó encima de ella para comenzar un largo 69 que yo contemplaba con tanto gusto que estaba comenzando de nuevo a empalmarme.
    
    Ramón, túmbate en la cama para que tu zorra te chupe la polla y yo le destroce el coño con mi rabo.
    
    Así lo hicimos, yo me tumbé y Laura a cuatro patas comenzó a hacerme la correspondiente mamada mientras Walter enfocaba su pollón al coño de Laura.
    
    Comenzó a metérsela poco a poco y Laura con mi polla en su boca solo podía bramar por la nariz.
    
    Cabrón, me vas a matar gritó Laura, no me la has metido entera y ya me estas destrozando el coño.
    
    Walter debió excitarse de repente pues de un golpe de riñón le dio tal embestida que le clavó toda su polla hasta dar con sus huevos contra ella.
    
    Laura más que un grito, dio un alarido del dolor que le produjo aquel trozo de carne dura dentro de sus entrañas.
    
    No te muevas, por favor, me hierve el coño. Deja que se acople ahí dentro y después sigues.
    
    Walter para un momento y enseguida comenzó sus movimientos de meter y sacar a los que Laura cada vez acogía con más agrado hasta que lo tubo tan lubricado que Laura comenzó a pedirle más y más.
    
    Que gusto me estás dando cabrón, fóllame más fuerte, fóllame cabrón, fóllame hasta que me eches dentro toda tu leche. Vamos cabrón córrete dentro de mí que te estoy esperando para correrme contigo.
    
    Toma puta, toma, toma toda mi leche. Walter la bombeaba al tiempo que le daba azores en las nalgas y ella gritaba como una bestia.
    
    Como comprenderéis yo ya me había corrido y quedamos los tres extenuados encima de la cama.
    
    Una vez hubo descansado, Walter beso con pasión a Laura diciéndola que era una fiera follando y que no dejara de disfrutar y dejara que la disfruten su hermoso cuerpo.
    
    A mí me dio las gracias por el rato que había pasado y me felicito por tener una esposa tan hermosa.
    
    Otro día contaré mas 
«1...3456»