1. No me pude aguantar...


    Fecha: 22/05/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... sabiendo que usted nos observa.
    
    Pues le tocará manejarlo, comenté, porque así es como funciona la cosa. Si ella se lo come a usted, yo estaré presente. Usted cree que es quien lleva el control de la situación, pero tal vez no es así. No se ha puesto a pensar acaso que, al final, ella es quien dispone si aquello va o no va. Su papel, ahora mismo, es seducirla a tal punto que ella contemple la posibilidad de estar con usted. Y si eso se da, ha sido porque ella quiere y lo desea, no por otra cosa. Procure excitarla y que sienta la necesidad de ser poseída por el macho, tal como usted me dijo.
    
    Volvieron a estar ausentes, gastando el tiempo en lo suyo, bailando y coqueteando, calentándose cada cual acorde a lo que su imaginación alimentaba en sus mentes. Otoniel, de seguro, ya se veía clavando a mi mujer. Y ella, no sabía yo, en ese momento, qué ideas pasaban por su cabeza. Volvieron al rato, mostrándose un tanto agotados del cansancio. Ella, prudentemente, pretextó ir al baño para dejarnos solos, tal vez para que Otoniel me confirmara sus intenciones o me confirmara que sus deseos iban a ser realidad.
    
    Ella me ha pedido que le pregunte si está de acuerdo en que ella y yo hagamos el amor. Me ha dicho que solo si usted está de acuerdo ella aceptaría o no pasar un rato conmigo. Le he dicho que yo no tenía problema en hablar con usted, así que aquí estoy. Perfecto, pregunté, ¿y sabe a dónde podemos ir? Si señor, respondió, aquí, a la vuelta, hay un sitio donde podemos estar. ¿Y habrá espacio a esta hora? Creo que sí, respondió. Pero mejor voy y confirmo. Espérenme, no demoró. Y, diciendo y haciendo, se alejó.
    
    Mi esposa volvió y, al no verlo, preguntó. ¿Y Otoniel? Se fue a confirmar si hay sitio en algún motel, por acá cerca, respondí. ¿Por qué? pregunté. ¿Pensaste que te iba a dejar metida? Pudiera ser, dijo, pero está tan animado que me pareció extraño. ¿Y tú? Pregunté. ¿No estás animada? Sí, respondió. ¿Hace cuanto que sabías que ibas a estar con él? Desde que lo vi, respondió. Al principio traté de disimular que no me atraía mucho, pero, la verdad, con el paso del tiempo, no me pude aguantar. Quiere eso decir, entonces, que se han revolcado juntos en la pista de baile y que ¿solo falta trasladar ese manoseo a la cama? Más o menos, contestó sonriendo.
    
    Otoniel volvió y comentó que todo estaba arreglado, así que procedimos hacia el lugar del encuentro. El, caballeroso y coqueto, tomó de gancho a mi esposa y, presurosos, como no, salieron caminando delante de mí. Yo, en mi papel de cornudo consentidor, les seguí unos pasos atrás. En el trayecto, ellos charlaban animadamente, pero no sabía yo cuál era el tema que tanto les divertía. En mi cabeza rondaba la idea de que, habiendo estado sus cuerpos juntos durante tanto tiempo, ella y él deseaban con toda intensidad disfrutarse desnudos el uno al otro y sentir el intercambio sexual que tanto habían deseado toda la noche.
    
    Llegados a la habitación, no perdieron tiempo. Otoniel tomó la ...
«1...345...»