Un año en España (II) - Relatos Eróticos

Un año en España (II)

... de la punta de su polla. Me ha mirado una vez más, ha recorrido mi cuerpo con lujuria y ha guardado mi tanga en el cajón, aún manchado de su líquido caliente, y se ha llevado el sujetador con él, supongo que para limpiarlo y secarlo, intentando disimular su acción.

No me atrevo a salir de mi cuarto sabiendo que tengo que estar más de doce horas a solas con ese enfermo sexual en una casa en la que estoy indefensa…

…

Ha entrado hace poco, ya es casi mediodía y yo no había salido aún del cuarto. Ha entrado preocupado por mí… Me ha traído el desayuno (otra vez tenía un sabor amargo asqueroso en la leche, imagino que será diferente aquí a como es en los Estados Unidos, pero voy a pedirles que no compren más ese tipo de leche) … No he podido ni mirarlo a los ojos. Sé que sospecha algo, porque no soy capaz de fingir normalidad después de lo que ha pasado. Tengo que hablarlo con él.

…

Mi vida va a ser un infierno los próximos meses, quiero volver a casa.

He salido a hablar con él en un arranque de valentía y me ha arrinconado contra la pared del salón justo después de decirle que lo había visto esta mañana haciendo… cosas inapropiadas… no sé cómo decirlo.

Su cara se ha puesto roja, me ha agarrado del cuello y me ha lanzado contra la pared. He empezado a llorar y me he tirado al suelo agarrándome las rodillas, muerta de miedo. No he entendido algunas cosas que ha dicho, porque mi español no es muy bueno, pero creo que ha dicho que, si decía algo a alguien, no iba a solucionar nada porque es alguien importante en la policía.

Después me ha vuelto a agarrar el cuello y me ha levantado, me ha tirado a un sofá y se ha sentado al lado de mí. Cuando ha acercado su mano a mi cuerpo he chillado como una loca, para intentar que alguien me escuchara. No ha servido de nada. Me ha abofeteado varias veces y me he callado.

Me ha repetido varias veces que me va a ayudar en todo lo posible si yo me porto bien y le hago caso en lo que él me diga. Tengo muchísimo miedo y no sé qué hacer. He pensado salir corriendo de casa esta misma noche mientras duermen, pero sé que hay una alarma activada y me atraparía al momento. También he pensado en decírselo a su mujer… sí, creo que haré eso.

…

Después de cenar he abordado a Susana en el pasillo y, llorando, le he contado de manera muy resumida lo que ha pasado durante el día. Me ha mirado, ha sonreído y se ha ido sin decir nada. Me he quedado de piedra, llorando y temblando. Luis ha aparecido en ese momento, me ha agarrado por detrás y me ha dicho al oído:

— No puedes hacer nada.

Y se ha reído.

Miércoles 14 de septiembre

No he dormido nada en toda la noche, ahora son las 4 de la mañana y he empezado a escuchar ruidos de pasos en el pasillo y a Luis y Susana hablar, no consigo entenderlos porque hablan en susurros y dicen palabras que no entiendo. Tengo que ir a mi primer día de clases en el instituto dentro de poco más de cuatro horas y no quiero. No tengo ganas de hacer nada.

No sé ...