Un año en España (II) - Relatos Eróticos

Un año en España (II)

Antes de comenzar con esta parte, recuerda mirar en mi perfil todas las partes previas para comprender completamente la trama. Espero que disfrutes de esta historia.

Sábado 10 de septiembre

Después de dos días, he conseguido organizar toda mi ropa en el armario y deshacer completamente las maletas. ¡Qué aburrimiento!

Lo bueno es que hoy me voy con Susana a conocer la ciudad todo el día. Me dijo anoche que Luis tenía que quedarse en casa acabando algo de trabajo, así que será día de chicas, supongo, aunque una sea una chica de 60 años y yo tenga 18 jajaja.

A ver qué me depara el día hoy… tengo muchas ganas de conocer Murcia y de empezar el curso el próximo miércoles.

…

¡Qué día más agotador! No puedo más. Hemos pateado toda la ciudad, comido en un restaurante típico y regresado a casa más tarde de las 20:00.

Acabo de fijarme al cambiarme de ropa, en que dos de mis cajones estaban mal cerrados: en el que tengo la ropa interior y el de mi documentación. Supongo que Luis ha estado limpiando, nada importante.

…

Quiero llorar. Es la última vez que me pongo esta camiseta para bajar a cenar. Cuando Susana ha terminado y se ha ido al sofá, a mi aún me quedaba un poco de comida y me he quedado a solas con Luis. No ha levantado la mirada de mis pezones marcados en la tela rosa. Obviamente me he dado cuenta, pero ¿qué iba a decir?

Mañana buscaré una nueva camiseta de estar por casa porque ha sido una situación muy incómoda…

Lunes 12 de septiembre

Esta mañana he sentido nauseas desayunando. Mi vaso de leche sabía algo amargo. No sé si tendré que acostumbrarme a este sabor, pero me parece asqueroso, sinceramente.

Susana se va de casa a las 7 de la mañana a trabajar, y no ha vuelto hasta las 9 de la noche, por lo que he pasado el día entero con Luis, que se toma la vida con confianza. Es bastante desagradable verlo pasearse por casa sin camiseta y en calzoncillos, a veces.

Solo hace esto cuando estamos los dos solos, creo que le gusta hacerlo y verme incómoda… Pero al fin y al cabo es su casa, ¿qué puedo decirle?

Martes 13 de septiembre

Escribo esto a las 7:30 de la mañana, estoy al borde de un ataque de pánico. Me ha despertado un ruido en mi habitación hace unos quince minutos. He abierto levemente los ojos sin moverme de mi posición y he visto a Luis frente a la ventana, con uno de mis sujetadores negros en una mano y mi tanga rosa alrededor de su polla. Ya entraba algo de luz así que he podido distinguirlo claramente. Estaba a apenas tres metros de mí, mirando mi sujetador y mi tanga y, ocasionalmente, a mí misma.

Se estaba masturbando de manera feroz y sus leves gemidos son lo que me ha despertado. He estado a punto de chillar, pero me he controlado. En apenas dos minutos desde que he sido consciente de la situación, he visto cómo varios chorros de su lefa espesa salían de esa polla pequeña y peluda y caían sobre la parte interna de mi sujetador, usando mi tanga favorito para limpiarse los restos de lefa ...