Con una fusta - Relatos Eróticos

Con una fusta

... calentón de mil demonios y solo quería satisfacerla en lo que me pidiera para que me aliviara después ella a mí. Descargue tres o cuatro fustazos haciendo coincidir la lengua de la punta en el clítoris y se corrió.

Se giro poniéndome el culo en pompa y me dijo que se la metiera desde atrás. El flujo le chorreaba por las piernas, lo que indicaba que estaba lubricada a tope. Se la metí de golpe y empecé a follarla. Me dijo que le escocía mucho el coño y mejor se la metiera por detrás. Mojé los dedos en su interior y le unté sus propios jugos en el orificio trasero.

De nuevo la penetré de un solo empujón y empezó a moverse como una posesa hasta que consiguió que me corriera dentro de su culo. Me pidió que no se la sacara y pellizcándose los pezones con los dedos se volvió a correr.

Cuando fui consciente de lo que había ocurrido, salí de la sala donde estábamos y me marché temiendo alguna clase de denuncia por su parte, pero no ocurrió nada. Al día siguiente me llamó Carlos, me dijo que la chica había cancelado las clases y me preguntó si sabía el porqué. Le dije que no, que seguramente le había dado vergüenza no saber casi montar después del alarde que había hecho de sus cualidades. Me miró extrañado, pero no dijo nada. No volví a saber más de ella.