1. Con una fusta


    Fecha: 15/02/2021, Categorías: Fetichismo Autor: JESUS, Fuente: TodoRelatos

    Soy profesor de equitación en un centro equino de la sierra de Madrid. Es un centro muy grande y somos tres profesores para atender todas las demandas de clases que nos solicitan y entrenamos a profesionales en las disciplinas de salto y doma.
    
    Las mañanas normalmente las dedicamos a entrenar a profesionales y las tardes las dedicamos a dar clases a niños y niñas. De aquí han salido algunos de los campeones que hoy recorren los circuitos internacionales y que han dado fama al centro.
    
    Cuando me llamó Carlos a su despacho, mi jefe, intuí que me iba a colocar un nuevo alumno por la tarde y estaba dispuesto a decirle que no podía, ya tenía cuatro clases por la tarde y acababa exhausto de tanto niño. Mi sorpresa fue cuando entré en su despacho y me presentó a una rubia que no tendría más de veinticinco años. Pensé que sería una niña de papa con dinero que tenía el capricho de aprender a montar para no desentonar de su círculo de amistades.
    
    Carlos me presentó a Veronique diciéndome que era semi profesional en su país, Francia. Por razones familiares había venido a vivir a Madrid, quería seguir entrenando y tenía muy buenas referencias de nuestro centro. Dijo que nos tenía que dejar porque tenía una reunión para la adquisición de algunos caballos y ya llegaba tarde. Antes de dejarnos solos me dijo que ajustara con ella los horarios y luego le informara.
    
    Le dije que lo mejor era dar una vuelta por las instalaciones para enseñárselas mientras me contaba que había hecho hasta entonces y que experiencia tenía. La verdad es que me sorprendió, era casi una experta y si sabía montar al nivel de como conocía la teoría iba a ser un privilegio entrenarla.
    
    Bajamos a las cuadras y le enseñé los caballos que mejor se podían ajustar a sus características. Tenía que montarlos para ver cómo se adaptaba y si los caballos se sentían tranquilos con ella encima, algo imprescindible a la hora de trabajar. Nada más acercarse al primero y acariciarle la cabeza, demostró lo mucho que sabía. Una vez cumplimentadas las diligencias previas quedamos que el lunes siguiente empezaba sus clases.
    
    Cuando apareció el lunes vestía un pantalón de montar al menos dos tallas menos de lo que debía usar normalmente. Bueno era una chica joven y le gustaba lucirse, desde luego tenía cuerpo para lucir, aunque no consideré apropiada su vestimenta para montar, debería ir suelta para poder moverse con más libertad.
    
    Montó y dio unas vueltas por la arena hasta que le dije que parara y bajara del caballo. Le hice sentarse sobre una silla de montar en un caballete y le corregí alguna postura, sobre todo tenía que erguir más el cuerpo y eso se conseguía metiendo el culo hacia delante para que el cuerpo quedara estirado.
    
    Volvió a montar en el caballo y ensayamos lo que le había explicado. Cada vez que pasaba por mi lado con el culo hacia fuera le daba un toque con la fusta en el culo para que rectificara. Lo hacía perfectamente durante toda la vuelta y al llegar a mi altura sacaba ...
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