1. Lucia. Infidelidad necesaria.


    Fecha: 19/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: MaduroMasajesEllas, Fuente: TodoRelatos

    ... dije antes me remito, privacidad y discreción.
    
    Pensé mientras ella venía a mi casa que yo estaba completamente desnudo, es que vivir solo hace que uno esté en su casa como le dé la real gana, y con el calor, pues poca o nada de ropa era como estaba bien, pero abrir la puerta a una persona desconocida estando desnudo tampoco era lo suyo, por tanto, me puse una camiseta y un pantalón deportivo corto, que ya me daban algo de calor, pero al menos que no se asustará o se sorprendiera tras abrir la puerta. Supongo que ella vendría con ropa ligera porque, aunque el coche tenga aire acondicionado, por la calle no va a ir ella desnuda, creo que aún no lo permiten jajajaja, y si lo hicieran, nos alegraría mucho la vista a la gente, pero no nos dejan ir aún desnudos, una lástima. Como no sabía lo que ella traería de ropa, pues pensé mientras ella venia de camino en seguir acabando el capítulo que tenía escrito.
    
    Oí parar un coche al lado de la puerta de mi casa. Entonces encendí la luz del salón y me dirigí a la puerta de mi casa. Ella con la luz de las farolas podía ver que tenía el pelo rubio, ya que como son de una luminosidad amarilla las bombillas de mi calle, pues si fuera morena o castaña de pelo, se notaría, pero en realidad incluso la hacían tener ese color rubio natural que muchas mujeres tienen. Esto también puede engañar a los ojos, pero bueno, y pulse el botón para abrir la puerta metálica que da a un pequeño jardín o entrada antes de subir los tres escalones para quedarse esperando a que le abriera la puerta de mi casa. Abrí y me quedé con la boca abierta sin saber que decirle. ¿Por qué? Muy fácil. No todos los días veo en la puerta de mi casa, a las dos y media de la madrugada a una mujer joven, alegre, rubia y pude hacer una vista rápida a lo que me encontré delante mía, una mujer de al menos un metro y noventa centímetros, aunque los tacones hacen mucho, la verdad, supongo que al estar descalza tendría menos, pues unos diez centímetros. Un vestido ligero de estampados y su bolso colgado de su hombro. La hice pasar, sin darnos ni un beso de saludo. Lucia agradeció ese gesto, ya que, aunque siempre hay que saludarse de alguna manera coloquial, ella aún estaba algo nerviosa por lo que estaba haciendo, sobre todo, ir a casa de un desconocido.
    
    Cuando entro en la casa, cerré la puerta y la guié con mi mano y brazo para que entrara al salón. Tras vernos ambos y estar en silencio, pero con sonrisa en nuestras caras ya nos presentamos como debía de hacerse. Ella me dijo entonces:
    
    — Hola, soy Lucia y me encanta como tienes el salón de decorado, muy normal para un hombre.
    
    Entonces yo le respondí:
    
    — Hola Lucia, encantado de conocerte, soy José y bueno, la decoración la hizo o la siguen haciendo algunas de mis clientas, porque soy masajista de mujeres, y ya sabes que a veces os da por hacer cambios, que a mí no me molestan, pero al menos no tiene un toque tan machista como si yo lo hiciera, jejeje. Ponté cómoda y ¿quieres tomar algo ...
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