Lucia. Infidelidad necesaria. - Relatos Eróticos

Lucia. Infidelidad necesaria.

... pregunta es fácil y clara, ¿te apetece tener sexo conmigo hasta que nos agotemos y no podamos más? O ¿es una pregunta tan directa que te puede asustar y echarte para atrás?, tampoco quiero que te asustes o creas que estoy desesperada, aunque puede que parezca eso, pero tampoco quiero perder el tiempo ni hacerlo perder”

Lo dicho, a preguntas y frases claras, poco hay que responder, pero un hombre como yo, un caballero hasta que dejo de serlo y convertirme en un animal sexualmente hablando, tenía que responderla, por lo que le dije en donde estaba yo viviendo, si a ella le venía bien, podríamos quedar por la mañana, ya que suponía que en esas horas era difícil quedar, aunque era una noche calurosa y que mejor deporte para conciliar el sueño y evitar el calor que un polvo nocturno con una persona que no conocía de nada y ella tampoco me conocía a mí. Entonces me respondió diciendo que ella estaba en la capital, Málaga, y que en coche solo era media hora de camino, sobre todo porque por el día con la circulación que hay puedes tardar casi una hora, pero a las dos de la madrugada, no hay apenas tráfico, por tanto, me dio su teléfono, cosa que incluso me sorprendió, pero tampoco le hice ascos, una mujer que sabe lo que quiere y que lucha por ello no se anda con tonterías.

Yo entonces le mande un mensaje a su teléfono, para que supiera que era yo, en el cual solo le decía “soy ese maduro que hablas por email, el cual te va a hacer que sientas experiencias nuevas o al menos que las recuerdes y, sobre todo, no te voy a hacer perder el tiempo, y ahora estoy despierto, con calor y con ganas de saborear todo tu cuerpo. ¿te vienes a casa y disfrutamos juntos?” y la respuesta de ella fue clara y concisa. “Si, voy para allá”.

Obviamente que le mande la ubicación de donde estaba yo. Pensé incluso en mandarle una foto de mi cara o de mi cuerpo, para que supiera que no era un adonis ni nada por el estilo, pero también pensé que, si lo hacía, podría echarse para atrás, por tanto, sin saber cómo era ella de cara ni yo, sin saber cómo era su cuerpo ni el mío, y sin saber cómo se llamaba, esperé a que ella llegará. Obviamente no voy a poner el nombre real de esta mujer en esta historia, no por nada, simplemente por la discreción que hay que tener en estos casos, y que un nombre puede ser tan común o no, pero yo voy a llamarla Lucia, que no es su verdadero nombre pero como siempre indico y si no lo he hecho aún, me gustan los nombres de las mujeres de mi país, y que mejor que poner un nombre que le pega a esta mujer, que indico que tiene treinta y ocho años, vive con su pareja, un hombre que no va a ser protagonista ni por asomo en dicha historia, y que además, no se merece mucho según ella me contó y me sigue contando de lo que le pasa en dicha relación. Indico que ella es como muchas personas en este país y en otros, una pequeña empresaria, tiene una tienda y no vamos a dar publicidad de dicho negocio, tampoco quiere Lucia que sea así, por tanto, a lo que ...