1. Descenso


    Fecha: 18/05/2019, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... eras así, Manu. No se quien eres.
    
    - No importa quien soy. No soy nadie esta noche.
    
    Desabroché su blusa con violencia, dejando sus pechos cubiertos en exposición. Jalé el brasier hacia abajo y pude ver su carne y sus pezones erectos adornándola.
    
    - Hazme una cubana.
    
    Estefania no dudo un instante. A pesar de lo que me había dicho, disfrutaba que la tratasen como una perra. Se arrodilló ante mi pene erecto y lo contempló por un segundo. Me sonrió descaradamente, para luego darme una mordida en el glande que casi me hizo perder la cabeza. Se deshizo completamente del brasier, dejando sus tetas libres. No tuve que hacer nada. Sus senos guiaron mi pene al centro de ellos, quedando mi herramienta aprisionada entre los dos montes de carne suave y tibia. Las movía despacio, de arriba abajo, dándole pequeñas lamidas a la cabeza hinchada de mi pene. No era la primera vez que me hacía esto, pero ahora lo hacía con otra técnica, como si estuviese poseída. Estaba perdido en el placer de sus tetas suaves, perdido en el juego que yo había iniciado pero en el que ella siempre había sido experta. En un arranque, la tomé del pelo y la jalé hacia arriba, cuidando (hasta donde podía) de no excederme.
    
    - Qué hace…?
    
    En un intento por recobrar el timón, la voltee y la llevé contra la pared, bajando de un tiron sus blue jeans. Me sorprendí al ver que no habían bragas que cubriesen su intimidad.
    
    - Así que no tenías nada abajo eh? – dije a su oído, con mi cuerpo pegado al de ella.
    
    - No me gusta esto. No seas tan brusco, pendejo.
    
    - No me digas eso. Yo se que te gusta, puta.
    
    - Que has dicho?
    
    Tomé mi pene con una mano y lo dirigí hacia su mojadísima concha, metiéndola hasta el fondo ante su reclamo.
    
    - Ahhh!
    
    La tomé de las caderas y empecé un furioso vaivén. Su cara yacía contra la pared, en donde se dibujaba un rastro de saliva. Sus tetas se mecían a mi ritmo, aunque mis manos pronto las apresaron.
    
    - Ahhh, que rico papi… Así
    
    - Esto te gusta, no? A las putas les gusta duro
    
    - No… - El ritmo era perfecto – No me digas así… Ahhh
    
    Se la saqué. Mi pene latía con fuerza, embelesado por la imagen del culo expuesto de Estefania, ansioso de más follada.
    
    - Qué? Qué haces? – me dijo, con un rostro suplicante que no hacía más que excitarme.
    
    - No haré nada más hasta que no me digas lo que eres.
    
    - Que…?
    
    Deslizé mi pene por su raja humeda, de arriba abajo, sin penetrarla.
    
    - Ahhh… Métela, por favor…
    
    - No.
    
    Estefania se mordía los labios mientras hacía su cuerpo hacia atrás, en un afán de coger mi pene con su raja. Merecía ser castigada y pronto una sonora nalgada hizo eco en el baño.
    
    - PLACK!
    
    - Puta… Mira como estás. No habrá más que nalgadas si es que me sigues desobedeciendo.
    
    - Está bien…
    
    - Está bien? Qué está bien?
    
    - Soy… soy una puta – Su voz se fue apagando mientras decía la última palabra.
    
    - Sí? – Coloqué mis dos manos en sus nalgas y la traje hacia mi. Mi pene yacía entre sus muslos, a la espera de la ...
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