1. Los cuidados de mi cuñada


    Fecha: 16/03/2019, Categorías: Incesto Autor: AlexPozuelo, Fuente: TodoRelatos

    ... el albornoz y apareció mi polla en estado morcillón, Isabel la miró con descaró mientras preparaba las cremas.
    
    Comenzó a aplicarme cremas en la parte posterior del cuerpo, masajeando con mucha delicadeza y lentamente. Empezó por los hombros, espalda, los brazos y los costados. Cuando llegó a la cintura se dirigió a la parte de abajo de las piernas y con movimientos ascendentes me masajeó cada pierna hasta llegar a la parte alta de los muslos. Allí se detuvo y con tranquilidad fue introduciendo sus manos en la entrepierna ascendiendo hasta el glúteo y llegando a rozar el perineo y el ano. Apretaba suavemente los glúteos. Yo sentía un placer inmenso y noté como mi polla iba aumentando de tamaño y temperatura.
    
    Yo tenía la polla en estado de semierección, todavía parece que le costaba alcanzar su plenitud. Isabel se mantuvo en silencio y continuó con el masaje por todo mi cuerpo, mientras yo la miraba, desnuda, con esas tetas tan bien formadas y fijándome bien en su coñito advertí que lo llevaba bastante depilado, solo se había dejado una línea de vello púbico sobre el monte de venus. Me estaba provocando que mi amiguito se desarrollase hasta completar la erección.
    
    Despacio con suavidad bajo hasta el perineo acariciándome esa zona lo que me provocó una sensación de placer increíble. Después subió hacia el tronco del pene y con los dedos extendía la crema rodeándolo y de arriba a abajo, sin llegar al glande, que ya estaba completamente hinchado y brillante. Al tiempo yo veía sus tetas hermosas como se movían, duras y firmes.
    
    Me fije en sus pezones oscuros y pequeños que estaban duros y firmes.
    
    Mientras seguía acariciándome el rabo, subiendo hasta el capullo y deslizando sus dedos con suavidad al rededor.
    
    Agachando la cabeza Isabel comenzó a lamerme el glande con la lengua como si fuera un helado, lentamente rodeando el prepucio, con delicadeza hasta que se la introdujo entera, bombeando con la boca y succionando, llevándola hasta la garganta. Con las manos acariciaba con ternura los testículos. Realizaba succiones lentas y suaves, con una maestría que nunca habría imaginado. Al mismo tiempo vi como con su mano se estaba tocando el clítoris introduciendo por momentos sus dedos en la vagina humedeciéndolos con el flujo vaginal.
    
    Sentí como me recorrían escalofríos con cada succión mirándome a los ojos al mismo tiempo. Percibía fuertes palpitaciones en la polla. Tanto tiempo sin placer que sentí una fuerte sacudida que hizo que me descargara en su boca. Ella lejos de retirarse siguió mamando dejando que el semen se deslizase hacia el inglés.
    
    Se incorporó y se tumbó junto a mí y con un ritmo intenso seguía masturbándose acariciando su clitoris y alternativamente metendo los dejos en su vagina humeda aumentando el ritmo y la presión. Enseguida comenzó a contraerse repetidas veces y tras un gran gemido se quedó inmóvil.
    
    Bueno, ella quería que te ayudase en todo y seguro que se alegrará que hayas recuperado tu vigor, aunque sea con ...