1. Los cuidados de mi cuñada


    Fecha: 16/03/2019, Categorías: Incesto Autor: AlexPozuelo, Fuente: TodoRelatos

    ... la mesita auxiliar. Me ayudo a incorporarme para que pudiera llegar bien a la cena.
    
    Según salía de la habitación directamente me fije en su trasero. Las bragas eran de algodón, nada eróticas, pero como tiene un buen culo se le marcaban bien las nalgas.
    
    Cuando terminé de cenar la llamé para que me alcanzara la botella para orinar que me facilitaron en el hospital, así podría hacerlo sin tener que levantarme de la cama.
    
    Al principio reconozco que me costó, sentía un poco de apuro, pero enseguida pude orinar sin problemas.
    
    Al día siguiente, cuando desperté Isabel ya se había levantado. Al poco entró en la habitación vistiendo el camisón que llevaba por la noche.
    
    Isabel se fue a terminar de arreglar el baño y cuando la avisé regresó.
    
    Con bastante seguridad me sujetó de las axilas mientras yo me apoyaba en sus hombros y por delante me ayudó a llegar hasta el baño y me pasó a la ducha. Era amplia, había un pequeño taburete para sentarme, mientras ella abría los grifos y esperaba a la temperatura ideal pensé en cómo se las iba a componer para ducharme sin mojarse, ya que Lucía se metía conmigo en la ducha también.
    
    Se colocó por detrás de mí mientras yo me sujetaba a un agarrador que tenía la pared, ella me mojaba con la manguera de la ducha y suavemente empezó a enjabonarme el cuerpo a falta de enjabonar el culo, los testículos y el pene.
    
    Isabel paso a ponerse por delante de mí, en ese momento vi como tenía el camisón empapado y se le transparentaban las tetas cuyos pezones se marcaban en la tela con la humedad. No pude evitar mantener la mirada sobre ella.
    
    Con mucha delicadeza, agachada tomó mi polla con la mano derecha bajó el prepucio dejando el glande al descubierto lo enjabono con suavidad. Yo tenía una perspectiva espectacular, Isabel agachada frente a mí con la camiseta empapada transparentándose esas estupendas tetas mientras manejaba mi pene con delicadeza y de vez en cuando miraba sonriente. Tuve la sensación de que mi miembro estaba despertando de su letargo, pero fue una falsa alarma. Isabel se volvió a situar por detrás de mí y me rodeaba con un brazo pegando su cuerpo al mío. Notaba su pecho duro en mi espalda al tiempo que la otra mano la introducía entre las nalgas, haciendo círculos con los dedos alrededor del ano, incluso llegando a introducir parte de algún dedo en él haciendo lo que me hizo proferir un quejido por la sorpresa.
    
    Después pasó a aclararme entero ya sentado en el taburete. Cerró los grifos y me secó suavemente con la toalla y después colocándome un albornoz.
    
    Se acerco a mí y me ayudo a levantarme y justo cuando estábamos saliendo del cuarto de baño no pudo evitar que se le desprendiera la toalla, cayendo lentamente al suelo ya que si me soltaba seguramente me caería yo también. Me detuve a observar cada parte de su cuerpo, provocándome un acaloramiento súbito que seguro que ella apreció.
    
    Caminado desnuda frente a mi llegamos a la habitación. Con cuidado me senté en la cama.
    
    Me quité ...