1. Éramos tres en la sala (partes 1 y 2)


    Fecha: 16/03/2019, Categorías: Erotismo y Amor Autor: lem, Fuente: CuentoRelatos

    ... levantó para ir al baño, yo aproveché ese momento para susurrarle al oído.
    
    “Rápido, vete a la habitación y cuando salga te metes y te das un buen baño y me dejas el pantalón bajo la cama que mañana lo lavo”
    
    “Tú no te vas a bañar?” me preguntó.
    
    “Cállate y apúrate que si te hubieras quedado quieto nada de esto hubiera ocurrido”
    
    ¿Te gustó? me preguntó con una voz muy dulce.
    
    ¿Tú qué crees? Le dije dándole un ligero besito en los labios.
    
    No tuve valor para decirle que mis pantimedias aún estaban empapadas por lo ocurrido y que no me arrepentía por eso.
    
    En cuanto mi marido salió del baño él se metió para ducharse, fui a su habitación y agarré el pantalón que había dejado bajo la cama, olí su semen, me sentí orgullosa de haber sido la causante de aquel maravilloso néctar y me puse mas cachonda de lo que estaba, tanto que no resistí y saqué la lengua para probarlo.
    
    Su semen aún estaba caliente, estaba excitadísima que lo limpié todo con mi lengua, no dejé un solo remanente de él, tenía un sabor delicioso, me gustó tanto que juré saborearlo siempre que tuviera la oportunidad cuando el semen de mi marido no podía ni olerlo me daba asco pero son amores distintos.
    
    Pasaron 2 días después de aquel acontecimiento cuando mi marido y yo estábamos apoyados en la ventana de la cocina observando un alboroto en la calle porque había una fiesta en el vecindario.
    
    Mi esposo llamó a su amigo, que iba llegando, para que viera (gran error de su parte), la ventana no era muy grande y para que pudiera observar tenía que recargarse en mi esposo o en mi y era obvio que se recargaría sobre mi culo.
    
    Pasó un brazo por debajo de uno de los míos, la otra mano la puso sobre mi cadera y la cara entre la de mi marido y la mía.
    
    Lentamente se movió para según él ver mejor hasta que colocó su falo entre mis nalgas, yo estaba que ardía.
    
    La mano que tenía por debajo de la mía me acarició un seno, era el que estaba más alejado de mi marido y con la otra me acariciaba el abdomen y terminó tocándome por donde se le dio la gana.
    
    Parte 2.
    
    Después del penoso incidente en la ventana y durante los días que permaneció en casa, a cada rato aprovechábamos cualquier oportunidad para tocarnos, a veces el me metía la mano cuando yo estaba de espaldas, por ejemplo calentando la comida, y sabía que yo siempre usaba faldas o vestidos amplios, con medias y sin calzones, yo, desde la mañana que me bañaba y me vestía lo hacía pensando en que en algún momento el me miraría, me diría algún piropo y sobre todo me acariciaría aunque fuera levemente, pero de todos modos para mi significaba una enorme calentura, en mi casa viven además de mi esposo, mi mama y mi abuela, ellas aunque grandes de edad, bien se dieron cuenta de la enorme atracción que despertaba en mi ese hombre y casi adrede no me dejaban sola con él en ningún momento, por suerte el termino su trámite y le dijo un día en la mañana a mi esposo que ese día en la noche se regresaría a su ciudad, yo sentí al ...
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