Capítulo xi: el detective - Relatos Eróticos

Capítulo xi: el detective

... culo hacia la polla de Jorge, lo que hizo que la polla entrara en su culo por lo menos unos cinco centímetros. Como aún quedaba polla por meter continuó apretando. Finalmente cuando estaba toda dentro comenzaron las embestidas. Marcela gemía de placer como nunca antes lo había hecho. Marcela se venía de un orgasmo a otro, se retorcía en cada embestida, los gritos eran voraces y Jorge mostraba su asombro, esperando que nadie los oyera, ya que nunca la había odio gritar así. Fue tal la excitación de Marcela que Jorge estuvo a punto de correrse. Marcela que lo veía venir cogió la mano de Jorge desde atrás, con la espada arqueada y con una mirada profunda:

- No te corras cabrón o te mato. – Aquello desde luego tuvo su efecto en Jorge que en ese momento no pudo correrse. Finalmente continuó embistiendo por el culo a Marcela hasta que Marcela se corrió una infinidad de veces. Fueron tantas que perdió la cuenta. Cuando Marcela quedó completamente saciada, finalmente dijo:

- Jorge, ahora quiero tu leche en mi culo - Jorge aumentó el ritmo de las embestidas para poder correrse, esto provocó un nuevo orgasmo sobre Marcela que ya se encontraba en el tiempo de descuento lo que le hizo terminar por orinarse en el último orgasmo. Jorge finalmente se corrió dentro del culo de Marcela. Jorge se retiró y el fluido empezó a emanar por el culo, ahora abierto, de Marcela. El semen ahora mezclado con heces cayó sobre el césped en el que había restos mezclados de la sangre y orines de Marcela. Jorge miró su polla en la que quedaban restos de semen con heces del culo de Marcela. Jorge se disponía a lavarse en la ducha cuando Marcela lo detuvo. Lo obligó a tumbarse y comenzó a lamer la polla de arriba abajo. Jorge no podía estar más sorprendido. Marcela estaba metiendo en su boca, su polla con restos de la mierda de su propio culo. Jorge pensó que la escupiría, o echaría alguna arcada pero fue todo lo contrario. Después de meterla polla en su garganta cada vez volvía más limpia. Los restos de semen y mierda acabaron en su garganta. Finalmente, cuando toda la polla estaba completamente impoluta por la saliva de Marcela, le hizo una mamada hasta que todo el semen acabó dentro de su boca. Esta vez sí un poco de semen se salía por la comisura de los labios de su boca pero lo acabó limpiando hasta la última gota. Cuando terminó le besó en los labios. Nunca más Marcela volvió a hacerlo, tampoco Jorge se lo pidió. Más que por qué lo hizo lo interesante fue el resultado que consiguió en Jorge. Jorge había tenido a su jefa limpiándole la polla sin ningún reparo al tragarse su propia mierda, quizás por la sobreexcitación por todos los orgasmos que le había proporcionado esa tarde, lo que si consiguió fue una lealtad incondicional de Jorge que duraría para siempre. Marcela le dejó ducharse y le invitó a irse cuando termino. Ella se fue a la cama y durmió profundamente.

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La oficina de Paco se encontraba en el centro de la ciudad. Tenía un despacho que para Marcela ...