Capítulo xi: el detective - Relatos Eróticos

Capítulo xi: el detective

Marcela conducía de camino hacia el detective. En realidad era un detective privado. Amigo de Jorge que Marcela utilizaba cuando necesitaba de servicios al margen de la ley. El detective o Paco como le llamaban era un hombre de recursos. En el camino a ver el detective Marcela no dejaba de pensar en el mensaje de Jorge.

***

Marcela lleva en la empresa muchos años, muy poca gente sabe realmente como empezó pero la realidad es la que empresa la fundó Marcela. Con el tiempo la empresa requería de más capital y con ello la estructura de la organización. Así fue como tuvo que dar cuentas a un consejo de administración que invertía miles de millones en una compañía sobre la que ella tenía la última palabra. La relación con Jorge siempre estuvo ahí. El empezó de becario, pasando por todos los departamentos de la empresa hasta su puesto actual de jefe de seguridad. Como Jorge siempre se quedaba hasta tarde, era un hombre atractivo. Marcela no tardó en echarle el guante para sus escarceos y el otro ante su jefa no puedo negarse. Aunque con el tiempo tenían una relación como hemos mencionado anteriormente. En las primeras relaciones se podría decir que el sexo era convencional. Marcela tenía orgasmos, pero aquello no la limitaba a tener un solo amante todo lo contrario que en la época actual. El día que todo cambió fue un día hace quince años que Marcela quedó con Jorge en su casa. Empezaron como una pareja de enamorados, desnudos en la cama, besándose y de repente marcela se quedó mirando a Jorge y dijo:

- Me ha bajado la regla. - Jorge se quedó un poco parado. Al fin y al cabo era su jefa. Marcela lo miro.

- Hace buen tiempo. Vamos a la piscina. - Ambos salieron de la casa. Jorge un poco estupefacto al ver el cuerpo ya desnudo de Marcela y bueno con la zona interior de sus muslos llenos de sangre. Hacia buen tiempo así que marcela se lavó en el jardín. Estaba confuso. Hasta la fecha Marcela era muy directa y solo quedaban para follar. Nunca para cenar. Menos para dormir. Que iban a hacer ahora que le había bajado la regla. Marcela sabía cómo romper el hielo siempre. Llevarle la contraria o proponerle algo que no le gustaba podía acabar en discusiones nada favorables. De repente y como era de esperar de ella, hablo:

- Jorge ven e intenta penetrarme por el culo. Si no vas a tener que irte antes de lo esperado. – Se puso a cuatro patas en el césped. Su coño rojo y con un poco de sangre estaba en frente de Jorge.

- ¿Estas segura? ¿Lo habías hecho antes? Puede doler – Preguntó, al fin y al cabo no quería hacerle daño.

– Jorge, espabila o vete a tu casa con tu mujer.

Jorge tenía la polla dura y gorda, ya había tenido problemas para metérsela sin que estuviera húmeda y ahora se disponía a meterla en su culo cerrado. Tenía el glande más que húmedo así que se lo puso a la altura del ano y empujó lentamente, el esfínter de Marcela se abrió un poco dejando la punta del glande dentro del culo. De repente y sin previo aviso Marcela empujo su ...