1. Mi zorra, su café y la leche de mi padre


    Fecha: 10/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Suberina1, Fuente: CuentoRelatos

    ... asiento en uno de los sillones totalmente desnudo mientras que mi mujer entró en el baño para lavarse el coño después de la follada y disponerse posteriormente a servir el desayuno.
    
    Seguidamente y ya con el café en nuestras respectivas tazas, mi zorra hizo acto de presencia en el salón sin sujetador ni tanga, tan solo con liguero, sus preciosas medias sexys y sus tacones, mostrándonos sus maravillosas tetas y su peludo coño y sentándose a mi lado en el tresillo, morreándome apasionadamente y preguntándome "¡Qué, cornudo mío!, ¿te ha gustado la nueva follada que me ha pegado tu padre para empezar bien el día...?", a lo que respondí señalando mi dura polla con el dedo acariciándomela ella con su mano por encima del bóxer, bajándolo un poco y dándome unas breves y suaves lamidas y chupadas en el capullo para decirme después "¡No te preocupes, cari, que tú también volverás a gozar de mí y conmigo más tarde porque también quiero tu rica leche!".
    
    Comenzamos a tomar el café y mi padre, en silencio, observaba a mi mujer mordiéndose los labios cuando ella dijo "Voy a tomarme, ¡creo!, el café más rico de mi vida", comenzando a degustarlo muy despacio tras echarle azúcar y removerlo bien. Se estaba tomando el café en el que mi padre había dejado toda la abundante leche de su monumental corrida en la cocina y se relamía de gusto con los ojos entreabiertos y cara de puro vicio mientras decía "¡Jodeeerrr, qué rico, qué rico...!", pasándose la punta de la lengua por sus labios para saborearlo aún más. Verla hacer eso posibilitó que mi padre volviese a comenzar a acariciarse su gran polla de arriba a abajo en el sillón poniéndose nuevamente dura y tiesa como un palo mientras mi mujer lo miraba con unos ojos abiertos como platos por el deseo. Yo, por mi parte, me acerqué a Nuria y comencé a magrearle las tetas, de nuevo muy duras, y a chuparle sus pezones mientras que con la otra mano le acariciaba su peludo coño introduciéndole dentro mis dedos, un coño que de nuevo estaba húmedo y dispuesto para gozar. Ella le pidió a mi padre que se pusiese en pie para comerle otra vez la polla y pajearlo y a mí que le comiera su raja, lo que hice con gran gustazo durante varios minutos consiguiendo para ella dos fantásticos orgasmos. Tras terminar, mi padre me pidió que me apartase con rapidez y se dirigió a su coño para dejar regada de abundante leche toda su pelambrera mientras ella se la extendía con la mano por la misma y por toda su raja al tiempo que yo, meneando mi polla encima de la cara de mi mujer, comencé a correrme en la misma dejándola también toda llena de una leche que con los dedos de su otra mano ella se encargó de ir llevando a su boca para tragársela toda relamiéndose de gusto.
    
    Así fue como terminó uno de los desayunos más placenteros que los tres recordamos y cómo la zorra y puta de mi mujer disfrutó del café hasta ahora más caliente de su vida. 
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