Tu no, pero tu amiga si 5 - Relatos Eróticos

Tu no, pero tu amiga si 5

... fuerte para la regla? Esta desde ayer así, igual tu usas algo.- le pregunte a Susana, sin acordarme de su problema.

Se giro y busco su bolso en el perchero, y le saco unas pastillas.

-Prueba estas, a mi me van bien.- le dijo acariciando su pelo con cariño.

-Acaba de desayunar, y te las tomas. También te ira bien moverte un poco. -insistí en que se fuera.

Me miro con odio y dejo la caja en el mármol enfadada.

-Va, no te enfades, tu padre tiene trabajo. Nos vamos al centro comercial, y traemos algo rico para comer.- le dijo abrazándola por la espalda.

Mi mente calenturienta enseguida imagino una escena lésbica, y mi polla volvía a resucitar, mirándolas, dándose cariño, pero Susana me vio, y soltó cereales con leche con la boca al reír, y todos la miremos extrañados.

-Mastica cariño, no hay prisa. -le dijo la madre, con Susana riendo y mirándome.

Le guiñé un ojo y volví al trabajo.

No trabajaba, bueno mi mente si, pensaba la manera de quitarme de encima a la loca de Sofia, y con el calentón que llevaba ya, todo eran formas de violarla, chocando con sus huesos, y eso me cortaba el rollo. Pero algo tenía que hacer, no podía tener a esa loca avisando a todas las mujeres que venían de que era un violador.

-Bueno, a las dos o por hay volvemos ¿quieres algo del centro?.- me dijo Sandra dándome un beso en la mejilla.

-No, gracias, cariño. Pasadlo bien. -le dije, aún con mi tono seco.

Me sonrió, y salió con las chicas detrás de ella, esperando para maltratar mi polla y pegarme sus pechos enfadadas. Me deje hacer, en parte me lo merecía, y eso hicieron las dos, dejándome ya casi empalmado, y riendo como brujas al salir.

Sofia las vio irse, y se sentó en su sofá, desde donde podía ver a través de la cortina si salía o llegaba alguien. Al pasar de mí, borro mis contactos de correo y mi número, sin encontrarme en ninguna red social, que entonces no había muchas, repaso los seguidores de mi hija y los de Susana, pero no me encontró. Estaba frustrada, y más que una explicación, me quería decir cuatro cosas, y quedarse a gusto.

Y cuando vio que salía de casa, rumbo a la suya, dejando a la pobre Inés con un palmo de narices, su coñito le aviso y se agacho en el sofá, yendo a gatas al baño.

Inés llevaba más de una hora vigilando el coche de Sandra, iba calle abajo hasta que ya apenas lo veía, y volvía paseando con su perro, esperando y refunfuñando. Y cuando por fin las vio irse, su coñito se puso contento y vino a por más.

-Hola diosa del fitness, luego nos vemos que voy a ayudar a mi vecino con la fontanería.- le mentí al verla caminar como la putita que es, y me miro boquiabierta, parando en seco y dándose la vuelta sonriéndome.

Sofia escucho el timbre, y se peinaba rápida, mirando su camisón que le iba dos tallas más grandes. Se lo estiro, se lo abrocho y fue a abrirme temblando y pensando en su discurso.

-Hola Andrés ¿Qué quieres?.- me dijo secamente.

La mire de arriba abajo, y me alegre al ver que no ...