Tu no, pero tu amiga si 5 - Relatos Eróticos

Tu no, pero tu amiga si 5

... notando como se escapaba su pezón de mis dedos al girarse refunfuñando.

Sin decirles nada me Sali fuera otra vez, y otra vez estaba la cotilla mirando. No sé qué miraba, no se veía nada por mis cortinas tupidas, no vería ni las siluetas. Pero ahora me veía a mí, bajo la luz del porche, y le levante la cerveza a modo de saludo. Pero se volvió dentro, cerrando su cortina.

-Jodida loca canija, ya te pillare.- le dije, y me senté en el sillón.

-Me voy a la cama papa, me ha venido la loca de rojo. -me dijo mi hija con un vaso de agua y una pastilla.

-¡Ains, mi niña!.- le dije besándole en la boca y sobando su culo.

-Haber si mañana podemos, dicen que va bien.- me pidió agarrando mis manos y apretando más.

-Claro que si cariño, buscare la manera.- le conteste recibiendo otro beso y dejandola ir.

-Hay te quedas, nos vamos a dormir. -me dijo Sandra abrazada a su hija, que protestaba con la mirada.

-Venga chicas, buenas noches, no tardare en acostarme yo también. -les dije mirándole a los ojos.

Me acabé la cerveza y me metí dentro a tirarla e irme a acostar. Subía las escaleras y sonreía imaginando a las tres en la habitación, pensando todas en lo mismo, así que me metí en el baño que estaba pegado a su habitación, y me di una ducha para calentarlas más.

Susana y su madre, de lado en la cama de 90 centímetros, no se podían mover mucho, y al final Susana se levantó y se metió en la de Ellen, que le hizo hueco y se enroscaron como dos serpientes, con sus coñitos en la pierna de la otra y besándose en silencio.

Sandra, al tener más sitio, se puso boca arriba y le entro la risa al ver sus pezones duros apuntando al techo, queriendo traspasar la camiseta, pero se pudo contener y volvió a cerrar los ojos.

Me imaginaba bajo el agua, y su coñito se mojaba, luego no quiso pensar en eso, pero se oía tan claramente la ducha, que volvían las imágenes a su mente, en la playa, notando mi mano sobar su culo posando para una foto, y el pellizco que me daba para que la soltara, pero solo conseguía que se lo apretara con más fuerza, colando su bikini en su culo. Se tenía que aguantar hasta que el marica de su marido dejara de hacer fotos, y ella seguía pellizcándome, pero no era para que la dejara, sino para que siguiera.

Ellen había leído que el sexo iba bien para la regla, y llevo la mano de Susana, que al principio se escandalizo, pero también estaba cachonda, y le coló dos dedos en su clítoris, con cuidado de no bajar más y recibiendo los de ella. Se empezaron a follar en silencio, besándose, mordiéndose y lamiéndose las bocas, sin moverse mucho.

Sali de la ducha, y el olor a coñito empapado que salía de la puerta entreabierta me la empezó a poner morcillona, sonreí al saber que había funcionado, y me metí en mi habitación, a montar guardia desnudo. Me tumbe y encendí la lampara para leer relatos eróticos y mantener la polla también en guardia.

Sandra me vio pasar, sabía que la esperaba y quería venir, pero noto que las ...