Tu no, pero tu amiga si 5 - Relatos Eróticos

Tu no, pero tu amiga si 5

... fumando, ahora ella mirándome a mí el culo.

La cena fue muy amena y familiar, las chicas se comportaban y Sandra estaba feliz de una cena en familia, después de tanto tiempo cenando sola, o con su hija que no le hacía caso con el móvil en la mano. Pero en mi casa no había móviles comiendo y charlábamos en dos grupos o todos, riendo y pasándolo genial.

-Oye, eso en casa no lo haces.- le dijo Sandra a su hija, viendo que recogía la mesa junto a Rebeca, que ya hacia los cafés.

Su hija no le dijo nada, no quería que supiera que no tendría móvil si no ayudaba en casa, pero yo la delate.

-Si no ayudan en casa no hay móvil ni tele de pago, así de fácil.- le dije, con Susana echando chispas por sus ojos.

-¡Anda mira! Esa me la apunto.- me contesto sonriente.

-Está bien eso de hablar con ellas y demás teorías, pero si no se les da caña, acaban subiéndose a las barbas.- le explique con mi hija pegándome su pecho al hombro mientras me dejaba el café.

Lo cogí, lo removí un poco y me levanté para salir a fumar al porche. Todas me miraban, todas me deseaban, y esperaban su turno.

Pero yo miraba a Sofia, la vecina cotilla, la había visto hablando alterada con Sandra y ya tenía sospechas de que no se había perdido lo que pudo ver de los polvos con Inés. La veía en su salón, mirando la tele, y pensaba en la manera de sacarle a Sandra que le había contado, pero no me hizo falta.

-Esta mucho más delgada, pero creo que se le ha ido la cabeza, me dijo que violaste a una chica aquí mismo ¡jajaja!.- me explico Sandra, viendo donde miraba y sentándose en el sillón de mimbre.

-¡No me digas! espero que se fuera contenta, porque la poli no ha aparecido.- le explique, como si fuera increíble tal cosa.

-Era buena tía antes de empezar a perder peso, igual le pico un día y le invito a café, me da lástima.- me explico apenada.

-Yo también lo haría, pero después de lo que cree que vio, no me va a abrir la puerta. -y reímos los dos.

Me quería sentar a su lado, pero se me irían las manos, y podría salir alguna de las chicas, así que me quede apoyado en la columna, dejando que me mirara con deseo.

-Ya hablare con ella, pero tengo que saber que paso de verdad ¿con quién estabas?.-me pregunto notando un cierto olor a sexo y orina, que no había podido lavar del todo.

-No sé, no recuerdo ninguna visita. Me siento y leo o me fumo un cigarro.- le mentí descarado.

-Pues eso le diré, que se confundió, y solo te hacías una paja con algún libro erótico ¡jajaja!.- me soltó, riendo los dos.

-Que graciosilla, no me piques que me siento y no te vas hoy con el florecilla.- le dije muy ciertamente.

Se giro riendo, y estiro las piernas en el sillón para que no quedara sitio, sabía que lo haría, y no paraba de reír.

Y su dulce hijita, también quería quedarse a dormir, y apareció en pijama diciéndonos:

-¿Veis la peli, o la pongo ya?

-¡¿Ya estás en pijama?! ¡¿Y dónde está tu sujetador?! Pero si no te he dicho nada.- le dijo la madre viendo ...