1. Crónicas de un Macho Pervertido (2)


    Fecha: 05/05/2019, Categorías: Gays Autor: Nauj69, Fuente: SexoSinTabues30

    ... en los que me quedé con ellos. Yo acababa de taladrarle salvajemente el culo a mi puta, tanto que la dejé agotada y al borde del desmayo, que ella no pudo más y se desplomó dormida después de mi tercera corrida. Entonces yo salí a la cocina por un vaso de agua helada y en lo que regresaba al cuarto me metí al baño de invitados, puesto que me habían dado unas grandes ganas de mear. Y en lo que yo soltaba mi poderoso chorro amarillo de orina, entró el precioso pequeño. En su mano izquierda sostenía su osito de peluche favorito y con el puñito derecho se restregaba los ojitos somnolientos.
    
    –¿Qué pasó, bebé? —Le pregunté en lo que terminaba de sacudirme la verga y luego la dejaba colgando pesada entre mis peludos y gruesos muslos-¿No puedes dormir?
    
    –Es qué escuché unos ruidos raros y…gritos…
    
    –No pasa nada, seguramente fue sólo un mal sueño. —Le mentí, pues estaba claro que el niño me había oído coger a su madre, tan fuerte que ésta no puedo evitar gritar a todo pulmón.
    
    Él alzó los bracitos para que yo lo cargara en brazos; así que eso hice y le llevé chineado a su habitación, la cual quedaba a la par.
    
    Su cuarto es celeste con todo azul, su color preferido, y por supuesto está lleno de juguetes de niño como carritos, dinosaurios y superhéroes. Yo entonces lo acomodé en su camita y le dejé encendida la lámpara de su mesita de noche.
    
    –Papi, ¿me das lechita?
    
    –Hmmm…me encantaría bebé, pero no creo que se pueda. Tu mami está al final del pasillo.
    
    Y yo me volteé a ver afuera de la puerta y al oscuro corredor, tratando de escuchar si había ruidos proviniendo de la habitación de su madre; pero la casa estaba en total silencio.
    
    –Es que no voy a poder dormirme… ¿Y si oigo esos ruidos otra vez?
    
    –¿Sabes, papito puede hacerte algo que te va a gustar y con eso te podrás dormir, quieres?
    
    –¡Sí!—Y Marquitos alzó un poco la voz.
    
    –¡Ssshhh…! Pero tienes que prometerme quedarte bien calladito para que mami no nos oiga. ¿Te acuerdas bebé, estas cosas son nuestro secreto?
    
    –Sí, papi. Te prometo no hacer ruido.
    
    Y la dulce criaturita hizo el gesto como si cerrara su boquita con una cremallera invisible, algo que yo le había enseñado a hacer también.
    
    Entonces yo le bajé el pantaloncito del pijama junto con su calzoncito, dejando expuestas sus tiernas e infantiles partecitas íntimas. De ahí yo me acomodé sobre su camita y le abrí bien de piernitas al nene, quedando sus lampiños y tersos genitales frente a mi lascivo rostro. De una les di un primer lengüetazo, sintiendo el dulce aroma de su pálida piel y el riquísimo sabor de su penecito de niño. Marquitos soltó un leve suspiro, por lo que proseguí y le di más lamidas, y pronto estas se trasformaron en intensas chupadas directas a su diminuto miembro, junto a sus igualmente tersas y pequeñas bolas; haciendo que mi morbo creciera más.
    
    El comerme esas inocentes bolitas hizo que mi verga se alargara y ensanchara en cuestión de segundos, alcanzando toda su magnitud de 21cm de sólida ...
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