1. Crónicas de un Macho Pervertido (2)


    Fecha: 05/05/2019, Categorías: Gays Autor: Nauj69, Fuente: SexoSinTabues30

    Desde el día que cuidé al dulce de Marquitos y mi flaca vio lo contento que su hijo quedó conmigo, en varias ocasiones salimos juntos los tres y ella también me invitó más seguido a pasar fines de semana en su casa; por lo que yo tenía que inventarle muchas excusas a mi esposa, diciendo que eran viajes de trabajo, que tenía que estar supervisando varios proyectos. Y en cuanto al pequeño, éste todo el tiempo quería pasar pegado a mí, como si yo fuera su verdadero padre. Él siempre quería sentarse en mis piernas y me pedía que lo cargara en brazos a cualquier oportunidad, y lo mejor era que el nene se acostumbró a darme besitos en la boca a cada rato; cosa que hacía que yo pasara constantemente con notorias erecciones, las que son muy difícil de disimular frente a mi puta, pues yo no quería que ella se diera cuenta del efecto que tiene su precioso niño de 5 años en mí.
    
    Yo siempre fui un macho morboso y en mis 47 años he hecho todo tipo de cosas en cuanto al sexo; sin embargo, nunca antes había contemplado la perversión con una criaturita como Marquitos; pero lo cierto es que este pequeño despertó una lujuria depravada en mí y en mi enorme verga, una que no puedo controlar. Siempre que él está sentadito en mi regazo yo aprovecho a acariciarle las piernitas de tez blanca, le paso mis callosas manos por sus tersos muslitos, desde las rodillas hasta debajo de sus pantaloncillos cortos; o le meto la mano bajo sus camisetitas y le rozo sus tetillas rosadas, apretándoselas suavecito. Y cuando lo cargo en brazos, siempre manoseo las redondas y duritas nalgas que él tiene, hurgándole por sobre la tela el culito y frotándole un par de mis nudosos dedos cerca de su anito.
    
    El adorable nene nunca protesta, simplemente se deja de mí con una sonrisa, abrazándome y diciéndome: “te quiero mucho, papito”. Mi pecho peludo se infla cada vez que el pequeño Marquitos me dice eso, y mi miembro masculino se pone tan inmenso y firme que creo que tendré que comprarme de esos suspensores deportivos para lograr contenerlo.
    
    Uno de esos sábados que me quedé en casa de mi flaca, después de haberla cogido duro todo el viernes por la noche y haberle dejado preñado el culo y coño con varias cargas de mi semen, me desperté con una grata sensación en mi verga. Giré al costado y vi que mi puta no estaba en la cama y cuando miré debajo de las sábanas, me llevé una gran sorpresa; pues Marquitos estaba en pijamita ya con mi carne viril, venosa y erecta, en su cálida boquita y él la chupaba y mamaba como había aprendido de mí hacía poco.
    
    –¡¡MARQUITOS!! ¡¿Qué haces?! ¡Tu mamá te puede ver!
    
    Le grité alarmado, volteándome a ver la puerta del baño y luego a la que daba al pasillo.
    
    –Mami no está.—Me respondió sacándose mi jugoso glande de la boca- Salió al mercadito a comprar cosas para comer, pero yo tengo hambre y quiero que me des de tu lechita, papito.
    
    Al instante me calmé y mi excitación se acrecentó, manteniendo así mi erección matutina en las dos manitos del nene. ...
«1234...9»