Follando con un okupa negro - Relatos Eróticos

Follando con un okupa negro

... mi mientras seguía oliendo mi pelo.

Okupa: Ahhhhh si que rico. Chas.

Pensé que había terminado pero nuevamente me empezó a penetrar otra vez pero con más velocidad porque el semen actuaba como lubricante.

Me sujetaba de las caderas muy fuerte tanto que después tenía su marca, me estaba rompiendo la cola tan fuerte y rápido que no podía parar de gritar, me ardía pero me gustaba que me doliera.

Yo: Ahh ahhh ay si papi rompeme toda por favor rompeme toda. Chas. Chas. Chas

Yo: Ay si como me arde papi nalgueame que me gusta.

Okupa: si yegua así, culito roto, sucia, sos una sucias sabes.

Mientras me ahora con una mano me jalaba el pelo fuerte.

Yo: ah si dale dale más fuerte que me duela déjame rengueando si. Chas.

Okupa: ahh ahhh me vengo,me vengo.

Me soltó del cabello y mientras me sostenía de las nalgas y se movía a toda velocidad se vino otra vez y nos quedamos pegados nuevamente. Ambos quedamos gimiendo y cansados.

Hasta que por fin el okupa me la saco cayendo muchos hilos de semen en el sucio piso.

Okupa: guau perrita mira como te lo deje, bien abierto. No sabía que te ibas a dejar y disfrutar que te rompa el culo roto ese que tenes. Chas. Una última nalgueada antes de que me vaya.

– Vaya culo que tenes, cada vez que te vea y mire ese culo no voy a poder resistirme a que se me pare imaginándome penetrandote ese agujero grande que tenes.

Que te vaya bien en el trabajo. Putita solterona.

Cuando salió de la caseta saque de mi cartera un pañuelo y me seque los restos de semen que salían de mi culo, pero el resto estaba muy dentro de mi culo.

Me subí la calza con dificultades porque me dolía la cola. Me lo había dejado bien abierto, como nunca antes me lo habían abierto. Ya esto me quedara para siempre, pero lo que más me dolió es que me prestara tan fácilmente, igualmente yo lo busque.

Todo el viaje de ida me la pase parada tanto en el tren como en el subte porque me dolía la cola. Hasta cuando caminaba rengueaba un poco y me ardía un poco las nalgas de las nalgadas que recibí.

En el trabajo se me había aliviado un poco el dolor pero me ardía las nalgas todavía.

Cuando salí del trabajo me ocurrió algo que no pensé que me pasaría dos veces.

Cuando estaba saliendo vi que estaba el okupa mirándome apoyado sobre un poste de luz y con una mano se ve que estaba comiendo algo en mal estado sacado de la basura y con la otra se agarraba descaradamente el pene que tan solo verme tenía una gran elevación.

Yo me quedé impactada y mi corazón otra vez empezó a latir.

Yo haciéndome la desentendida me di la media vuelta y me fui caminado hasta el subte.

Sabía que me seguía y algo dentro de mí quería seguir calentándolo así que otra vez baje mi velocidad y otra vez caminaba más coqueta moviendo mis caderas.

Sentía que lo tenía al negro muy cerca y antes de que yo bajara por las escaleras al subte el negro me agarra con su mano apestosa y me dice al oído con u aliento podrido que lo acompañe a un ...