1. Club de los deseos (parte II)


    Fecha: 09/09/2020, Categorías: Fetichismo Autor: Wil Wil, Fuente: CuentoRelatos

    ... acaricia. Mis ganas fueron aumentando así que le di un masaje a Camila en sus tetas. Mi mano izquierda estaba mojada. Isabela estaba muy cachonda y me decía que la quería tener adentro. Cami se mantenía en silencio y cuando veía como cruzaba sus piernas, mi calentura se hacía más fuerte. Creo que ambas sabían lo que estaba haciendo, pero era rico y muy excitante. La tensión ya era poco y ahora quedaban las ganas de devorarnos.
    
    Suspendimos las tocadas cuando pasó una chica a ofrecernos hielo. Fue un poco inoportuno pero lo necesitábamos para el ron. Le dijimos que sí así que nos aguantamos hasta que volvió con más hielo. Cuando vuelve, le pregunto a Cami si antes había ido a un sitio igual, aunque sabía que su respuesta era un No rotundo. Isabela, por supuesto, también estaba conociendo pero ya me había aceptado esa salida.
    
    -Voy al baño un rato, nos dice Isa.
    
    El momento había pasado a ser tan incómodo que le propuse a Cami caminar para conocer el sitio, los cuartos que había y dar un vistazo. Me siguió y entre varias habitaciones, entramos a una que tenía dos esposas colgadas y un látigo para azotar. No dije nada, pero me imaginé muchas cosas, por lo que le propuse a Cami un masaje. Ella accedió y me limitaba a sus piernas y espalda. Con sus movimientos al pasar mis manos me fui excitando y subimos el nivel. La voltee suavemente, acariciaba con una mano sus senos y con la otra sus muslos, creando esa rica tensión al saber que habrá algo más.
    
    Le quité su pantys con suavidad, aunque no niego que quería arrancarla sin compasión. Metí uno de mis dedos y un gemido puso mi verga bien dura. Cami acercó sus manos para tocarme, pero le hice señales que se dejara atender. Le regalaba una masturbada y en medio de todo le pregunté si quería ser amarrada, mirando las esposas en la pared izquierda. Cami accedió y la terminé de desnudar. Completamente esposada, la puse de espaldas, le di un par de nalgadas que me correspondió con unos gritos de placer y usaba el látigo para completar el juego.
    
    Su cara de excitación me hacía mantener mi verga muy dura. Así que bajé mi bóxer y pasaba mi verga por sus nalgas. Con mis manos apretaba su espalda dejando mis uñas marcadas. Sus piernas se movían y me decía que quería más. En ese momento la acomodé en cuatro. Acaricié sus nalgas y le dije con ternura:
    
    -Primita, quiero que seas mi perra…
    
    -Quiero ser tu puta. Toda tuya, me dijo.
    
    Su respuesta me activó aún más. Así que pase mi verga alrededor de su coño para despertar más sus ganas. Sentía su humedad. Tenerla así de mojada me causaba más deseo.
    
    En ese momento llega Isabela. Con voz muy baja nos dice se cansó de esperar y pregunta si nos puede acompañar. Inicialmente, solo se sentó y veía con una cara malvada como cogía en cuatro a Cami. Ver la cara de Isa me enloquecía y ver la forma en que se empezó a masturbar delante de nosotros era mágico. Me cogía a mi prima muy rico. Nos comíamos como salvajes. No queríamos parar, pero desabroché las esposas ...