1. Club de los deseos (parte II)


    Fecha: 09/09/2020, Categorías: Fetichismo Autor: Wil Wil, Fuente: CuentoRelatos

    Esa noche recibí la visita casi inesperada. Era poco frecuente porque siempre cuadrábamos para vernos. Cuando tocan la puerta y veo a Isabela radiante, me sentí sorprendido pero emocionado. En mi relato anterior había mencionado que era una negra alta, con piernas gruesas y un culo llamativo. Así que su ímpetu y la combinación de chaqueta y short impulsaban un poco mis deseos.
    
    Nos saludamos casual y hablábamos de banalidades. Si bien ambos sabíamos que terminaríamos cogiendo, quería calentar el ambiente, llenar de fuego el espacio con música amena o alguna conversación interesante. Así que busqué cervezas para compartir, mientras nos contábamos nuestro día, nuestra semana y su expresión iba revelando las ganas que tenía de follar... imagino que mi cara también iba mostrando el deseo de hacerla mi perra.
    
    Nuestras piernas se empezaron a cruzar, mi mano apoyada en su muslo le daba un suave masaje que de vez en cuando apretaba y sentía como sus suspiros hablaban por ella. La noche apenas empezaba y estábamos prendidos, en parte por alcohol y un poco por la calentura de querer devorarnos; pero insistía en generar un ambiente sensual para comernos como bestias así que pensé en demorar un poco más en los juegos, las caricias y la conversación sucia antes de pasar a la cama.
    
    Creo que los jugueteos calientes fueron tanto porque pasadas las 8 pm llegó Camila, mi prima. Cuando tocó la puerta no sabía si pasar a abrir porque mi verga estaba erecta, así que Isabela se lanzó a mirar quien era. Camila entró como sintiéndose en casa y contando la travesía, pero por su mirada y cambio de tono, parecía haber notado el ambiente tenso, como interrumpiendo una chupada.
    
    Me atrevo a decir que nuestras mentes imaginaron rápido alguna forma de no incomodar el momento porque Isabela y no conocía a Camila. Se que Cami y yo hemos charlado y compaginado, muy mente abierta y sin prejuicios; pero queríamos salir de la tensión y, por mi parte, recuperar después esos masajitos que estaba teniendo con Isabela porque esa noche mis ganas de follar eran increíbles. Así que pasé a la nevera por otras cervezas, le brindé a Cami y tomé una para mí.
    
    En medio de la charla, la muy pendeja nos pregunta cuánto llevábamos saliendo y que estábamos haciendo. Al principio pensé que era raro decir que la había conocido en una app y que estábamos jugueteando pero ya grandecitos y por la confianza que le tengo le dije:
    
    -Isa es mi cita. Ahorita andábamos conociéndonos un poquito mas jaja.
    
    Por la risa, vi que Cami se puso roja y que confirmó lo que seguramente había pensado cuando entró. Pensé que cambiaría de tema, pero siguió preguntando bobadas. A veces Isa le regresaba una pregunta para empatizar; pero en lugar de enfriar el momento, todo se iba calentando porque ya hablábamos de fantasías, fetiches, de sexo prohibido. Mi mente empezó a imaginar a Cami. Creo que ella lo notaba por la forma en que la miraba y lanzaba una que otra indirecta que me ponía el corazón a ...
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