1. Festejo de cumpleaños


    Fecha: 03/05/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos

    ... me dejó noqueada. Cuando desperté, repuesta de las dos experiencias fuertes, mala una y deliciosa la otra, yo estaba en la cama. Al rato se asomó Saúl llevándome una taza de café y unos panecillos de los que más me gustan.
    
    –¿Qué día quieres tu festejo? –me preguntó, dejándome claro que no se había cancelado.
    
    –Lo bueno es que Adriana no quiere que lo pagues tú…
    
    –¿Tú qué sabes? y, además, no es asunto tuyo cómo hemos de pagar Eduardo y yo tu fiesta –dijo y me quedó claro que podrían ser ambos, y alguien más, en una noche para ella.
    
    –Tienes razón –dije resignada–. Este sábado los quiero a los dos para que me amen al mismo tiempo –precisé–. También los quiero rasurados del sexo. Yo te rasuraré a ti y pregúntale a Eduardo si viene para que lo rasure o él lo hace en su casa.
    
    Saúl asintió con un beso y después, mostrándome su vega enhiesta me preguntó “¿Quieres hacerlo de una vez y practicamos un poco?”
    
    Toda la mañana del sábado, Saúl y yo, ayudados por mi hija y mi nieta, estuvimos preparando la cena y los bocadillos para la reunión. Después de la comida, mi hija se retiró diciendo “Me saludan a sus compadres”. En la tarde, llegó Eduardo con unas botellas de vino, un ramo de flores y un regalo. No pude evitar agradecerlo con un beso, acompañado de mutuos magreos que duró el tiempo que tardó Saúl en colocar las flores en el florero y a éste en el centro de la mesa.
    
    Senté a Eduardo en el sillón y yo me senté en sus piernas.
    
    –Perdona que me siente yo aquí, pero… –le dije a Saúl señalándole el sofá para que él se sentara allí.
    
    –Sí, ya me di cuenta cómo le creció el pene a Eduardo con tus caricias, ni modo que desperdicies ese regazo –me dijo Saúl, extendiéndome el regalo.
    
    Fue entonces que leí la tarjeta y supe que era de Adriana: “¡Feliz cumpleaños, comadre! (aunque sea sólo para iniciar el festejo y después no sepas dónde quedó)” Me dio curiosidad y lo abrí viendo un envoltorio en papel seda que tenía escrito “Está nuevo, pero ya está lavado para usarse”. Lo abrí y era un juego de lencería color vino, hermosísimo y tan fino como el que me regaló la hermana de Joel (que relaté en “El arquitecto”). El dato me obligó a recordar el amanecer del festejo en mis Bodas de Oro con ropa nueva y limpia. Supe entonces que fue ella quien cuidó ese detalle y no Eduardo, como lo había creído yo. “Adriana sí merece que la festejen como ella quiera”, me dije. Sonriendo, les mostré el regalo y de inmediato comenzaron a gritar “¡Que se lo ponga, que se lo ponga!”. “Sí, pero mientras yo me lo pongo, ustedes sirvan el vino”, dije poniéndome de pie para ir a cambiarme a la recámara.
    
    –¿A dónde crees que vas? –dijo Eduardo deteniéndome de la mano–. Aquí te desvistes.
    
    –Sí, mi compadre tiene razón, además lo harás al ritmo de la música –dijo Saúl cambiando el ritmo al aparato de sonido.
    
    Al escuchar la música, volví a recordar a Joel y cómo bailé para él quitándome la ropa. Lo recordé desnudo con la verga sumamente tiesa y quise revivir la ...
«1...345...9»