1. Así perdí mi inocencia e inicié sexualmente III.


    Fecha: 01/05/2019, Categorías: Gays Autor: Danisampedro91, Fuente: SexoSinTabues30

    Este es un relato real de la vida de David, un joven de 19 años de Gran Canaria, donde nos cuenta cómo fue su iniciación y la tormentuosa relación que mantuvo con su compañero, Fernando, un maduro de 61 años.
    
    Fernando acababa de preñarme el culo por segunda vez en mi vida, esta vez me acababa de dar por el culo en plena vía pública, era un bosque donde los fines de semana se solía hacer cruising, cosas que yo hasta entonces desconocía por completo. Al principio estaba bastante nervioso, cosa que luego con la calentura se me fue pasando, bueno más que pasar se me fue olvidando, y es que cuando Fernando se apoderaba de mi boca y empezaba a meterme mano, era tanto lo que me gustaba y disfrutaba, que se me había olvidado por completo donde estábamos y que no era otro lugar más que en plena calle, aunque un bosque y este algo apartado, no dejaba de ser un lugar público donde cualquiera podía ir, pudiéndonos ver completamente desnudos y como me daban por el culo. Ni siquiera había sido consciente de los gritos y gemidos que yo daba cuando Fernando me estaba dando por el culo.
    
    En esta ocasión, aunque me dolió un poco al principio de la penetración, tan pronto tuve introducida por completo la enorme verga de Fernando, ya apenas sentí dolor alguno, en esta ocasión ya empecé a disfrutar de la enorme verga que Fernando poseía. También es cierto que había ayudado bastante el lubricante que Fernando había comprado.
    
    En estos pensamientos estaba, cuando de pronto me di cuenta de donde estábamos y que no era otro sitio más que allí tumbados sobre la manta en medio del pequeño bosque, completamente desnudos, sudando y jadeando después de la tremenda follada que Fernando acababa de darme. Yo estaba completamente abierto de piernas con el agujero del culo hinchado y enrojecido, por donde se podía ver como me iba escurriendo el semen con el que Fernando me acababa de preñar. Quise levantarme, pero Fernando al darse cuenta no me lo permitió, me sujetó como si fuera un muñequito abrazándome a él. Era mucho lo que le gustaba y me deseaba, si por él fuera, estaría todo el día follándome, pero él ya no era ningún niño, a sus 61 años ya no era el semental que había sido en su adolescencia. Si me llega a coger a los 19 años que yo tenía en esos momentos, me estaría dando verga todo el santo día. Así solía decírmelo y recordármelo, pues, aunque ahora era él el que no paraba de buscarme, con el tiempo era yo quien lo buscaba a él. Me había enamorado de su verga y me había hecho adicto a ella, cosa que realmente fue mi perdición.
    
    Fernando me tenía abrazado a él y no dejaba de comerme la boca, cosa que la verdad a mi me encantaba y volvía loco, chupar su lengua y sentir como me mordía los labios me tenía trastornado. Pero ahora ya algo más aplacada la calentura, era muy consciente de donde estábamos y aquello a mí me ponía muy nervioso, temía que pudiera venir alguien y que nos vieran allí completamente desnudos. Estaba como quien dice recién desvirgado e ...
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