1. Incesto irremediable


    Fecha: 30/04/2019, Categorías: Incesto Autor: Quique, Fuente: TodoRelatos

    ... y con las yemas acaricia mis pezones.
    
    Puso los dedos sobre los pezones, y temeroso de hacerme daño, me preguntó:
    
    -¿Cómo los acaricio?
    
    -Así.
    
    Le cogí los dedos con las manos y se los moví haciendo círculos sobre los pezones, al tiempo que lo aplastaba.
    
    -¿Te gusta que te haga esto, mamá?
    
    -Sí. ¿Notas los duros y grandes que se pusieron?
    
    -Sí.
    
    -Eso es debido a la excitación.
    
    Poco después, le dije:
    
    -Coge mis tetas por debajo y amásalas despacito mientras lames mis pezones con tu lengua, cómo has hecho con las yemas de los dedos.
    
    Lamió y me puse de un cachondo subido.
    
    -Ahora lame las areolas y luego mama mis tetas.
    
    Mamando mis tetas, acaricié mi clítoris, sin que mi hijo me viera, y me corrí. Mi cuerpo empezó a convulsionarse. Salvador se asustó y me preguntó:
    
    -¡¿Qué te pasa, mamá?!
    
    Entre gemidos y con la vista nublada, le respondí:
    
    -Me estoy corriendo, hijo.
    
    Tuve un orgasmo tan largo cómo maravilloso.
    
    Al acabar había mojado la cama. Mi hijo estaba desesperado.
    
    -¿Cuándo toca meter?
    
    -Después de los preliminares. Ponte boca arriba y abre las piernas.
    
    Se puso boca arriba, me arrodillé entre sus piernas, empuñé su polla y mirándolo a los ojos, mi mano, bajó y subió por ella, lento, aprisa, a medio gas, aprisa de nuevo... No tardó mucho en cerrar los ojos de golpe y escupir leche por el meato. Viendo cómo la leche bajaba por mi mano, metí la polla en la boca, le chupé el glande y me tragué el resto de la corrida. Luego de tragar continué chupando y masturbando su polla y tiempo después mi boca se llenó con la leche de otra tremenda corrida, corrida que me tragué.
    
    Al acabar de correrse me pregunto:
    
    -¿Te gustó beber mi leche, mamá?
    
    Estaba tan caliente que perdí todo mi pudor.
    
    -Sí, ahora vas a dame placer tú a mí.
    
    Me senté con la espalda apoyada en la cabecera de la cama, flexioné las rodillas, con dos dedos toqué el capuchón del clítoris, y le dije:
    
    -Este es el clítoris, cómo puedes ver ya tiene el glande fuera. El glande muy sensible y para acariciarlo con los dedos debes tenerlos siempre mojados.
    
    -¿Es retráctil?
    
    -Sí, normalmente, el glande está dentro del capuchón y sale cuando una mujer está muy caliente. Al acariciarlo bien acariciado nos corremos.
    
    -Enséñame a acariciarlo.
    
    Abrí el coño con dos dedos.
    
    -Ya lo acariciarás. El agujero que ves ahí abajo es la vagina, ahí es donde se mete la polla.
    
    -Hasta ahí llego.
    
    -A los lados están los labios. Pasa tus dedos medio y anular entre ellos, pásalos de abajo a arriba y de arriba a abajo.
    
    Lo pasó repetidas veces y se le cubrieron de jugos.
    
    -Los dedos resbalan.
    
    -Mételos dentro de la vagina con las yemas hacia arriba.
    
    Lo metió y comencé a gemir.
    
    -¿Te vas a correr, mamá?
    
    -Si haces las cosas bien, sí. Mete y saca los dos dedos con las yemas hacia arriba y mama mis tetas cómo te enseñé.
    
    Me mamó las tetas y me masturbó. Me estaba volviendo loca. Ya estaba fuera de mí cuando le cogí la mano e hice que ...
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