Las refugiadas 3 - Melanie y Olha - Relatos Eróticos

Las refugiadas 3 - Melanie y Olha

... que aún se aumentaba por estar a cuatro patas. Sacó el catéter a la vez que hincaba más el plug para evitar que saliese nada.

—Ahora tenemos media hora de espera —informó Mahdi—, Señora.

—Bien. Vayamos a mi gabinete.

Su gabinete era una mazmorra en toda regla. Lo único que desentonaba era la norme cama con dosel negra, provista de sabanas rojas. Paloma bromeó con que Así no se notaban tanto las manchas de sangre. Tomó una cámara digital e invitó con un gesto a Olha a tumbarse en la cama.

—Otra cuestión —pronunció Lady Paloma a la vez que entregaba el preservativo a Mahdi—, nunca usan lubricante.

—¡Oh! Bien —replicó Olha a la vez que se quitaba el vestido—. No hace falta.

No llevaba opa interior. Se tumbó y abrió las piernas.

—Duro —pidió Olha—, pero con limite. No vayas más allá de donde te permita entrar sin romper. Acércate primero que la mame.

Apenas se podía meter el capullo en la boca. Se limitó a lamerlo como un helado de cucurucho aprovechando que estaba circuncidado y notó como poco a poco se iba poniendo más dura. «por suerte —pensó—, no crece mucho más». En cuanto estuvo duro cambió de postura, se enfundó el maquiavélico condón y situándose entre sus piernas la penetró. Dolía. Mucho. Olha alcanzó su primer orgasmo y cerró sus piernas detrás del culo de Mahdi para impedir que se saliera, ante la sorpresa de Lady Paloma. Encadenó un orgasmo tras otro. Cumplida la media hora Mahdi se salió dejándola destrozada de cansancio sobre la cama, pues tenía que vaciar y filtrar lo que vaciase Nuria.

La soltó para que se pusiera en vertical, lo que añadió más calambres , presión y ganas de defecar a Nuria. La hizo sentarse en una silla con un agujero, bajo el cual tenía un recipiente y un hueco en la parte trasera para poder retirarle el plug. Lo hizo y la dejó vaciarse invitándola a que hiciera fuerza una vez terminó. Apenas salió poco más.

Después la volvió a llevar a la jaula, le puso el plug sin hincharlo del todo y pasó el catéter a lo largo de él para llenarla con un nuevo enema.

—¿Cuántos me tienes que poner? —preguntó Nuria que había pasado toda la casi hora, veinte minutos de llenado y media hora de espera, con calambres—. Espero que me lo puedas decir.

—Se lo puedo decir , pero no le sé.

»Hasta que salga limpio, o hasta las cuatro que llegue la doctora. Aunque entonces ella igual decide ponerle alguno más. Teniendo en cuenta que son veinte minutos de llenado, más o menos, y otra media hora de espera, antes del vaciado… si no sale limpia antes, serán cinco.

La dejó y tomó el recipiente de bajo de la silla para volcarlo sobre un bidón abierto , salvo por una tela fina que haría de colador. Se dirigió a ver si Olha o su Ama reclamaban algo de él. En ese momento Olha salía de la ducha.

—Fascinante —le decía Lady Paloma—, No solo eres la primera mujer que veo que folla con uno de los hermanos y sus condones por propia voluntad, sino que eres la primera que lo ha disfrutado.

—Eso es porque no ...