1. Nuevo hogar. Nuevas experiencias (2): Visitas inesperadas


    Fecha: 27/04/2019, Categorías: Incesto Autor: Murod, Fuente: CuentoRelatos

    Desperté temprano a la mañana siguiente por culpa del celular. Olvidé que había puesto varias alarmas con 5 minutos de diferencia entre cada una para viajar temprano el día anterior y comenzaron a activarse una tras otra hasta que me di por vencido y me vi obligado a levantarme de la cama. No eran ni las 6 am. Por su parte, Anna estaba profundamente dormida a mi lado, juro que esta mujer podría dormir durante un terremoto sin enterarse de nada. Las sábanas le cubrían de forma irregular algunas partes del cuerpo y la escena me recordó a una antigua musa griega intentando tapar su cuerpo con un velo. Antes de levantarme le di un suave y delicado chupete en la teta que estaba descubierta y le acaricié la concha levemente por encima de la tela, emitió un leve sonido dándome a entender lo había disfrutado pero decidí no insistir ya que ella aún podía descansar algunas horas más y parecía que tenía un importante día por delante.
    
    Por fin me levanté de la cama y noté que tenía la polla como un rifle. De pronto las imágenes de la noche de sexo intenso que tuve con mi esposa me inundaron y no pude distinguir si lo que sentía eran sus labios o culo comiéndome la verga. Estaba demasiado excitado aún después de correrme varias veces en todos sus orificios. Sonreí al preguntarme ¿cuántos hombres de mi edad podían darse aún ese lujo? sin recurrir a suplementos u otros remedios y me alegré de poder todavía disfrutar de los placeres del cuerpo junto a mi amada esposa. Quisiera decir que no había pensado en lo que sucedió ayer en la terraza pero la imagen de esa mujer fue un potente afrodisíaco que me impulsaba a tratar de darle más placer a mi mujer. Mentiría si dijera que mientras cogíamos no había tenido la esperanza de mirar mientras penetraba a mi esposa contra la ventana y verla de nuevo ahí con las tetas al aire. Incluso en ese mismo instante me asomé, todas las luces estaban apagadas y claro... tampoco estaba la rubia. También mentiría si dijera que no me sentía preocupado porque aunque al descubrirme mirándola desde la terraza tuvo una reacción bastante tranquila, imaginé que a pesar de no parecer algo tan grave, las consecuencias podrían ser muy grandes. De momento lo mejor será no pensar en eso.
    
    A tientas, busqué en la oscuridad algo de ropa para cubrirme. Entre las prisas de anoche, lanzamos todo por todas partes así que fue una tarea difícil para un ente que estaba prácticamente en calidad de bulto debido a la falta de descanso como yo y no quise encender la lámpara del móvil para no despertar a mi mujer. Finalmente desistí pero recordé que habíamos dejado unas maletas con ropa en la entrada, ahora ese era mi nuevo objetivo.
    
    Primero fui al baño que está en nuestra habitación, estaba haciendo lo mío y escuché un pequeño ruido, como un golpe muy ligero en la planta de abajo. Supuse que se trataba de los típicos sonidos que hacen algunos materiales cuando se contraen o se expanden durante la noche así que no le dí mucha importancia. Me lavé la ...
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