Y al final compré aquello que estaba de moda. - Relatos Eróticos

Y al final compré aquello que estaba de moda.

... estaba la tarjeta del chico del que me habia hablado la encargada.

"Gerardo Diaz Paris.

Amante generoso."

"Que fantasma, solo le faltaba poner empotrador profesional."

Me dije a mi misma tras leerla.

Aparté la tarjeta y puse el aparato a cargar por primera vez.

"Mierda, tarda bastante en cargarse. ¿Que hago ahora?."

Pense mientras veia como lentamente iba subiendo el nivel de la bateria.

No es que estuviera excitada, pero tenia ganas de probar el aparatito tan famoso.

Tumbada en la cama, mirando al techo, empece a fantasear, notando como mis pezones se iban despertando. Sonrei y mi cabeza giro hacia el aparato que estaba cargandose a mi lado, junto a el estaba la tarjeta del tal Gerardo.

Me levante de la cama y la cogi. Estaba de vacaciones asi que no me importaba traerme a mi casa a un extraño. Si resultaba ser un pesado cuando me marchara no lo volveria a ver. Lo mas probable es que fuera un mal follador, como todos los hombres.

Marque el numero tomando la precaucion de llamarlo desde el telefono fijo de la habitacion. Cinco tonos despues y tras estar a punto yo de interrumpir la llamada me contestaron.

-Hola.

-¿Eres Gerardo?.

-Si.

-Me han dado tu numero en el sexshop y me gustaria conocerte. ¿Podemos quedar para tomar algo?.

-¿Fabiola te ha dado mi numero?.

-No se como se llama, pero supongo que es ella, si.

-Bueno, Fabiola sabe cuales son mis gustos y nunca se confunde, podemos quedar para cenar. Invito Yo. Quedamos esta noche en el restaurante Costa Rica hacia las nueve mas o menos. Puedes encontrar la direccion del local por internet.

-Okey. Estaré....

No pude decir nada mas, pues me colgo el telefono dejandome con la palabra en la boca.

"Vaya, si que es maleducado, tendria que dejarlo plantado."

Pense ligeramente enfadada por el trato recibido.

Pero lo cierto era que su voz me agrado, y que me invitara a cenar demostraba que era un caballero. Ademas, siempre seria una cena gratis.

Busque el restaurante por internet y resultaba que estaba cerca, a penas a dos calles de distancia de mi piso.

Ya eran las ocho, asi que faltaba una hora para la cita. Mire el satisfyer cargandose.

-Amiguito, creo que no te probare hoy, pero tal vez por la noche. Dudo mucho que me traiga a un desconocido nada mas conocerlo.

Le dije al aparato guiñandole un ojo. Como si tuviese conciencia de lo que le decia.

Me fui a la ducha para quitarme el sudor del dia y prepararme para la cita.

Al Salir del baño escogi un vestido con un generoso escote, para que viera lo que le esperaba si se lo trabajaba.

Desenchufe el aparato por si ocurria un cortocircuito y hubiese un incendio, era sorprendente cuanto tardaba en cargarse.

Cuando faltaban quince minutos para la hora de la cita sali a la calle dirigiendome andando al restaurante.

Como estabamos en verano aun era de dia y podia notar las miradas de los hombres hacia mi escote. Yo sonreia orgullosa y caminaba con la cabeza bien ...