1. Capítulo 3: Adorando el cuerpo de Dani


    Fecha: 30/05/2020, Categorías: Fetichismo Gays Incesto Autor: Lov3sick, Fuente: SexoSinTabues30

    ... pene saliera de su prisión de tela, saliendo disparado hacia adelante. Les recuerdo que, en aquel entonces, yo tenía sólo 15 años, por lo que tenía muy pocos bellos púbicos (además, al parecer en mi familia es natural ser un poco lampiño). Sin embargo, Dani no apartaba la vista de mi mástil adolescente. Sin querer perder más tiempo, me acerqué para quitarle su remera. Me fijé que en su short se formaba un pequeño bulto, signo de que su tierna salchicha estaba libre para la acción. Pero cuando estaba a punto de quitarle el pantaloncillo, me di cuenta de que traía puestas sus calcetines de dinosaurios. Fue entonces que mi mente se encendió aún más. Me dirigí a uno de sus piecitos y lo llevé a mi nariz, inhalando aquel infantil aroma a pies.
    
    Entonces, comencé a quitarle la media y descubrir aquel pequeño y delicado piecito. La planta de su pie era de un leve color rosado y tenía algunas pelusitas verdes, producto de llevar puesto el calcetín toda la noche. Sus pequeñísimos deditos dejaban ver uñas recién cortadas, trabajo que probablemente mi madre había realizado recientemente. Hundí mi nariz entre sus deditos e inhalé con todas mis fuerzas. El esfuerzo hizo que soltara un leve gemido; el aroma era como una droga para mí: dejaba evidenciar un suave olor a sudor, pero mi hermanito tenía tan sólo 7 añitos, por lo que el hedor era casi nulo, tal vez, un poco ácido. Luego, pasé mi lengua por toda la planta de su pie, lo que hizo que Dani soltara unas risitas al sentir cosquillas. Comencé a pasar la lengua por entre sus deditos, sintiendo un sabor salado y un tanto agrio, exquisito a mi paladar. Terminé engullendo lo que más pude de aquel pequeño pie dentro de mi boca y Dani parecía disfrutarlo mucho. Volví a lamer la planta de su pie como si fuera una paleta dulce, y luego chupaba sus deditos uno por uno. Cuando estaba en medio de eso, Dani levantó su otro pie, como ofreciéndomelo. Esto casi me derritió, por lo que me deshice rápidamente de su media y repetí el proceso, dándole un glorioso baño de lengua sus piecitos.
    
    Sin embargo, ahora venía la parte dorada. Me volví a arrodillar frente a él y le quité el short lentamente para descubrir lo que sería una de mis comidas preferidas de ahora en adelante: allí relucía su pequeño pene erecto, dejando descubrir una pequeña porción de su glande. Sin dudarlo, comencé a darle lamidas rápidas. Con mis manos, hice que mi hermanito abriera sus piernas para darme más espacio. Introduje su pene completo en mi boca, tal como la noche anterior y comencé a succionar cual becerro. El sabor era aún más delicioso que el de sus pies o saliva. Estaba vuelto loco chupando y succionando aquella salchicha infantil. Tan sólo traten de visualizar la imagen: un púber de 15 años desnudo y arrodillado, chupando el pene de su propio hermanito de 7 años, también sin prenda alguna. Era idílico. Luego de darle un buen baño de lengua a su penecito, me dirigí a lamer sus pequeñas bolitas, completamente lampiñas debido a su edad. ...