Las refugiadas 3 - Nuria - Relatos Eróticos

Las refugiadas 3 - Nuria

... follándome.

—Voy a mirar que estés sana —explicó Melanie—, pero también hasta qué punto eres manipulable por tu amo. Y no me refiero a que te obligue a hacer cosas…

—Lo entiendo señora. Sé que solo soy un cacho de carne en sus manos y en las de mi nuevo amo. Es lo que yo he elegido.

—Bien. Siéntate en la silla y abre las piernas. —Nuria lo hizo—. Bien. Pese a que digas que no gozas con ello estás mojada. Voy a meterte el especulo y abrirte para ver el interior.

Lo hizo. Nuria hizo un gesto de dolor. No pudo abrirlo más que una tercera parte de lo habitual. Tomó la cámara gruesa y la introdujo por la abertura hasta llegar al cuello de su útero. Empujó sobre él y pasó sin problema. Contempló el interior hasta llegar al extremo de cada trompa. Sacó la cámara hasta el esfínter.

—Internamente está bien, pero el músculo de la vagina está modificado. No solo le quitaron un gran trozo, sino que la unión es bastante chapucera, con esta cicatriz que probablemente le duela al tener relaciones, aunque igual ya se ha acostumbrado a ello.

»Y también los labios han sido mutilados. Y me temo que , en su caso, nada tendrá solución. Ahora la vaciaremos y veremos a ver el resto.

La doctora se apartó y fue el momento de Isabel y Matilde, que deshincharon el plug y se lo extrajeron permitiéndole que se vacíe. Tomaron medida de las cantidades y le entregaron las mediciones a la doctora.

La limpiaron y la doctora la sondó. Matilde trajo lo que había orinado a lo largo de la mañana y se lo fue introduciendo en la vejiga. Llegó hasta un litro trescientos antes de empezar con problemas. Se vació casi en su totalidad, más de litro doscientos cincuenta.

Después introdujo el especulo en el ano constatando que también este había sido reducido. No detectó más problemas en su intestino. Para terminar la midieron y pesaron lo que provocó el gesto malo de la doctora. Después pinchó en su pecho derecho y puso dos bolsas de sueros para llenarla. Mientras se reunió con Olha a solas.

—No me gusta su peso. Son solo cuarenta y uno, lo que para su altura de metro sesenta y cinco es poco. De hecho sus pechos no son muy grandes, con ochenta y un centímetros, pero su copa se va a E o F por su delgadez, y están demasiado caídos para su edad.

»No sé si las analíticas serán problemáticas.

—Es posible, aunque su situación no viene de ahora, pero sí que se va a agravar por las condiciones impuestas por el Amo.

»Su anterior amo la castigaba sin comer cuando no llegaba a las ventas esperadas o cuando hacía algo que a él no le gustaba.

»Sin embargo, Amo Pedro, ha decidido castigarla con lo mismo. La ha impuesto llegar a menos de cuarenta kilos. Y quizá la haga adelgazar más en el futuro, como castigo por no haber querido dejar antes a su amo. Si lo hizo, justo antes de fallas, fue porque corría peligro su vida y su integridad. —Le entregó un pendrive—. Ahí tienes toda la información. La he traducido con sistemas automáticos, pero siempre usando VPN para ...