1. Segunda vez: La confirmación


    Fecha: 14/03/2019, Categorías: Gays Autor: Desireux, Fuente: CuentoRelatos

    El encuentro con él, se había dado, más como un hecho del destino en aquel bar, que por una casualidad; un sitio que yo, frecuentaba muy seguido, me sorprendió encontrarlo en el lugar; era el último sitio en el que podría hallarlo; después de platicar un rato, su propuesta de irnos a su departamento resonó en mi conciencia como una campana repicando; mi curiosidad por aquello, aún estaba latente y alertó la indecisión; aunque habían pasado algunas semanas, el recuerdo del encuentro anterior palpitaba con frescura; unas cuantas cervezas no eran suficiente aliciente para ceder a su pretensión (en realidad, no las necesitaba); la primera vez, fue causa de la curiosidad y, a que el sabor del alcohol (causa y efecto), había hecho su labor; la resaca moral aún hacia estragos (no tanto como en los días siguientes a aquella primera vez), podría lidiar con ella, estaba lo suficientemente sobrio, para tomar la decisión a plenitud.
    
    Por fin accedí, bajo la falsa consigna de que todo dependía de mí, "no pasaría nada que yo no permitiera" y esa era la cuestión, mi curiosidad no estaba del todo satisfecha, mi raciocinio se enaltecía anárquicamente, mi estado de conciencia, era un equilibrista, caminando en la cuerda floja, era una plena invitación a experimentar del acto en mis cinco sentidos; la promesa de una noche impredecible y prometedora emergió, persiguiéndome una turbación, el pulso acelerado más de lo debido, muy en el fondo, quería que sucediera, entregarme a conciencia al deseo de la carne, ya no era una fantasía, sino una confirmación.
    
    Ya estando en el departamento la perspectiva cambio, éramos solo él y yo, y lo que estuviese dispuesto a permitir (que era todo). La intimidad te cambia el panorama, la sensación de estar en una fortaleza en la que nadie mira, te da otro tipo de actitud, me excitaba pensar en ello, la balanza inclinó su peso al deseo y a la lujuria; la indecisión dejo de punzar, la adicción hacia aquello que nos resulta sino prohibido, al menos no correcto en el papel, abundó (un deseo culposo, dirían algunos), como una droga, disparó su irresistible efecto; la adicción no entiende de lo que esta bien o no, al menos no, mientras navegamos en su cause; los besos no estaban en el guión, bajo ninguna circunstancia, por lo que negué su insistencia; me empujo hacia el sofá y antes de que se viniese encima, lo detuve, me senté en la orilla y parado frente a mí, le desabroché el cinturón, prescindí del botón de su pantalón y baje el cierre, deslice mis manos por sus caderas y le baje el pantalón junto con la ropa interior, hasta las rodillas; su verga emergió de un salto, apuntaba hacia a mí, dura, grande, bella; la acaricié con delicadeza, lleve mi boca hacia ella y chupe su glande suavemente unas cuantas veces, me incorporé, lo tome por las nalgas y lo arrojé al sofá; le saque las camiseta y los pantalones, verlo desnudo era un estado de lujuria universal.
    
    Me hinqué entre sus piernas y tome su verga llevándola hacia su abdomen, ...
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