1. La invitación


    Fecha: 18/04/2019, Categorías: Bisexuales Autor: danielopolis, Fuente: CuentoRelatos

    Nos casamos con Ludmila hace tan solo un mes y medio. Con todo lo que indica un mandato familiar, es decir, con todo lo que indica la ley. Ludmila tiene una familia tradicional, o al menos esa es la impresión que dejan ver, tiene dos hermanos más, una mujer mayor que ella y un varón, menor.
    
    Tengo 23 años y mi esposa uno más que yo. Ludmila es una mujer muy interesante y con un cuerpo bastante llamativo. Estuvimos de novios durante poco tiempo, casi siete meses, de los cuales tardé algo más de cinco en llevarla a la cama, pero me resultó ser una mujer muy abierta mentalmente y sensual. Un par de meses más tarde estábamos de viaje de bodas. Viaje que nos regaló mi suegro y que fue muy bondadoso, recorrimos varios países durante caso 38 días.
    
    Ya de regreso, volvimos a la vida habitual y fuimos invitados por sus padres el sábado venidero a cenar. Ambos llevamos una vida bastante común, Ludmila trabaja en una casa de venta de ropa de mujer y yo en una pequeña empresa de computación.
    
    Y llegó el día, fuimos con mi esposa a cumplir con sus padres, llegamos y fuimos recibidos por Adela, mi suegra, e inmediatamente llegó Alberto.
    
    Nos sentamos a la mesa, cenamos, departimos de varios temas hasta que llegó la proposición de Alberto para conmigo, me dijo:
    
    Te propongo que vengas a trabajar a mi empresa, como jefe de personal, te voy a pagar el triple de lo que ganás ahora. ¿Qué te parece?
    
    Perfecto, dije, el lunes mismo o cuando me digas, renuncia y me presento en tu empresa.
    
    Alberto me dijo, el lunes renunciá y el martes presentate en mi oficina.
    
    Bueno, le respondí. Eso haré.
    
    Al final de la velada nos acompañaron hasta la puerta, Alberto me saludó con un beso en la mejilla, abrazó a su hija y le dio un beso en la frente, Adela, besó a su hija y me tomó de las dos manos, las de ellas estaban por debajo de las mías, me miró, me sonrió, y deslizó en mi mano izquierda una papel pequeño y me besó.
    
    Yo puse en el bolsillo derecho externo de mi sacó el pequeño papel, me carcomía la ansiedad por saber que contendría el mismo, supuse que un teléfono, pero no podía ser, tengo todos los celulares de la familia y el teléfono fijo también… No podía ser, pero qué sería entonces.
    
    Esa noche Ludmila estaba un poco incandescente y al verla de ese modo me excitó, nos acostamos, ella se puso mirando para la pared, de espaldas a mí, tenía puesta una remera muy liviana, y una pequeña bombacha, metí las manos por debajo de la remera y comencé a acariciarle las tetas, le saqué la bombacha y le metí la cabeza de la pija en el culo, me dijo que lo lubricara, le dije que se quedara tranquila, que lentamente y dentro de unos minutos todo iba a andar bien, y fue así, le entró toda, la cogí por el culo y le acabé.
    
    Me dijo que le gustó mucho y que había acabado como cinco veces. Que no necesitaba juegos previos y ni que se la metiera en la concha, pero me aclaró que sólo en ocasiones podía utilizar el mismo método.
    
    Pasé todo el domingo pensado qué ...
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