Se traga mi leche. - Relatos Eróticos

Se traga mi leche.

(Relato inventado, todo esto es producto de mi imaginación, los personajes son inventados)

Me llamo Jorge, mido 1.83, soy moreno de piel y castaño de pelo, ojos marrones muy oscuros, y bastante definido, mi polla es bastante gruesa y tiene de largo 19 cm. Soy un hombre bastante bueno, respetuoso, trabajador, tengo ya 38 años, y sigo soltero, el trabajo me tiene bastante ocupado, y todas las semanas hago una hora de gym, dos dependiendo lo tarde que salga del trabajo.

Un día estaba volviendo del trabajo. Todo el día amargado en la oficina, mi jefe no paraba de pagar su frustración por unos negocios mal invertidos de un compañero. Cosas de casi todos los días la verdad. Me subí al metro, aun me quedaba una hora y media para llegar a mi destino. Estaba cansado, enfadado, necesitaba desestresarme. En una parada el metro empezó a llenarse de gente, cada vez íbamos más apretados, ya cuando me subí no había donde sentarse. Pasaron alrededor de unos 15 min, y en una de las paradas se subió una chica. Tendría unos dieciocho-diecinueve años, pelirroja, de esos colores naranjas naturales, ojos castaños claros, casi como si fuera la miel misma, una naricita pequeña, labios un poco carnosos, sus pechos eran más o menos pequeños, se notaban, pero tampoco eran grandes, un cuerpo de diez, y ya su trasero... parecía que era de gimnasio, respingón y bien redondo.

Al subirse se quedó frente a mí, llevaba una falda rosa de cuadritos, como si fuera del instituto, con una camisa blanca un poco ajustada. Al mirarla, se notaba que no llevaba sujetador y se podía apreciar un pequeño brillo tras la tela, no era nada más ni nada menos que un pircing.

Hubo un momento que se paró el metro y empezó a llenarse más de gente. Ya ni podíamos movernos. Ella comenzó a moverse y quedo de espaldas a mí, y sin querer o queriendo, su enorme y perfecto culo se quedó a casos centímetros de mi paquete. Mi polla empezó a crecer.

Ella se dio cuenta he intento apartarse un poco. Pero yo la sujeté para que no lo hiciera, disimuladamente le pedí perdón, le dije: \\\"casi me caigo y no quise aplastarte.”

Su cara de incomodidad me excito aún más. No dejaba de pensar si debía meter mi mano bajo su falda. Por unos momentos empecé a fantasear con muchas cosas, mi polla empezó a lubricar mucho más de lo que lo hacía hace mucho tiempo.

Y sin pensarlo me animé, y empecé a rozar muy lentamente sus muslos, no parecía disgustarle. Se quedo inmóvil y hasta abrió un poco sus piernas. En ese momento subí mi mano hasta su culo y lo aprete un poco, empecé a sobarlo hasta ver que esta chica no llevaba nada debajo. Mi mano recorrió todo su trasero, empecé a bajar para llegar a su coñito, que para mi sorpresa estaba bastante húmedo. Comencé a hacer movimientos con mis dedos en circulo en su clítoris, note como empezó a acelerarse su respiración. Tenía la polla tan dura que sentía que me iba a explotar, me dolía, necesitaba follarme a esa pequeña muñequita.

Anunciaron mi parada, debía ...