1. JOVITA un verano a solas: segunda parte


    Fecha: 18/03/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Kenzawa, Fuente: TodoRelatos

    ... hubiese sido de lo más normal, ella vestía un camisón corto. Se sentó a la mesa y le pidió café que ella sirvió con esmero; continuó hablando y le indicó que se sentara.
    
    —Ahora vas hacer lo que te diga o sino el video se lo paso a tus padres y abuelos.
    
    —No, señor haré lo que usted quiera.
    
    —Desnúdate, no quiero ver ninguna prenda sobre tu cuerpo
    
    —Ahora mismo, señor —y se desnudó completamente.
    
    —Desayunemos juntos, tengo planes para ti.
    
    Comieron en silencio mientras él la observaba de arriba abajo. Se levantó de golpe y fue a la entrada donde estaba colgada la correa de Yaqui, la cogió volvió a la cocina y se la colocó en el cuello a Jovita
    
    —Sígueme —y tiró de ella por la correa hasta su habitación de matrimonio, allí la cama era más grande y cómoda. Cerró la puerta.
    
    El señor se sentó en una butaca de la habitación, abrió sus piernas y tiró de correa.
    
    —De rodillas —y colocó la cabeza de ella con la boca sobre su pene— chupa si quieres tu recompensa.
    
    —Señor no lo he hecho nunca— suplicó
    
    —Pues hoy vas a aprender
    
    Yaqui gemía fuera y arañaba la puerta intentando entrar. Ella empezó a chupar el pene, él le iba dando indicaciones y empujando la cabeza para meterla lo más profundo que podía dentro de su boca. A ella de vez en cuando le daba alguna arcada pero él no tenía ninguna compasión. Cuando ya se la había puesto bastante dura, fué a la puerta cogió al perro, le puso otra correa y lo acercó por detras de ella para que le lamiera el sexo. Ella al sentir la lengua del perro se fue poniendo muy cachonda, cuando la tuvo a tono,lo separó, sacó de la habitación y dijo:
    
    —Ahora te voy a follar como la perra que eres —y empezó a penetrarla sin parar desde atrás
    
    —Ah ah ah —gemía Jovita— más, más adentro
    
    Aprovechaba también para tocarle sus pechos. La cabalgó durante un buen rato hasta quedar extenuados. Después abrió la puerta para que el perro también tuviera su rato de desenfreno. Cuando Yaqui acabó, él le susurro al oído
    
    —Eres una buena perra pero te voy a enseñar a ser la mejor.
    
    Y así continuó el verano domesticando a Jovita. 
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