1. Cunnilingus acompañado de Debussy


    Fecha: 13/03/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: BocaCaracol, Fuente: TodoRelatos

    ... necesita un tiempo de éxtasis. Para él, el coño de Lucía es la culminación de lo hermoso. Le encanta la forma de mariposa de sus labios interiores que, casi al cerrarse, se ondulan como esos helados servidos desde un grifo.
    
    Pasa un dedo entre ellos y los separa. Toma cada uno entre el pulgar y el índice y los extiende en todo su esplendor. Así, abiertos, ofrecen al visitante un norte deseado donde habita la perla del clítoris y, frente a él, la entrada de la vagina que se abre invitadora.
    
    Vuelve al mundo real y decide darle un lengüetazo que va desde el ano hasta el clítoris. Ella se estremece. Después, dejando la lengua blanda, la pasa por entre los labios de uno y otro lado juntando los internos en un centro impreciso en el que parecen acurrucarse. Da otro lametón largo que los abre como las hojas de un libro. Toma uno de ellos entre sus labios y lo succiona como si fuera un chupete, luego el otro. Se aparta y mira hacia arriba, ve la cara de Lucía que le observa desde una media sonrisa. Vuelve a situar la cabeza entre los muslos y ahora pasa la lengua por los labios externos, algo hinchados ya. Siente en la lengua el vello incipiente que va saliendo rascándole de manera agradable. Apenas comenzado el juego se aparta.
    
    Ella lo mira recriminándole el descanso. Él no hace caso. Se yergue sobre las rodillas hasta alcanzar los pechos que tanto quiere. Y mientras habla con ellos los mordisquea con suavidad y chupa los pezones hasta que crecen y endurecen. Después rodea ambos pechos con las manos y los agarra elevándolos, devolviéndoles por un instante la insolencia que solo tienen a los veinte años. Ella hace los comentarios habituales relativos a caídas, firmeza, blandas... él la hace callar acercándose a su cara, estampándole un apasionado beso en la boca y diciéndole que jamás critique algo tan hermoso en su presencia.
    
    —Aquí y ahora son mías —le dice—, y son lo más hermoso que existe.
    
    La autoestima de Lucía ha crecido tanto o más que el pene de su amante. Al levantarse para besarla ha podido notar en su entrepierna el bulto que la presionaba. Quieres metérmela, ha preguntado ella mientras él retoma la tarea. Le responde moviendo la cabeza de manera negativa y mientas chupa la piel que protege el clítoris. Eso la hace estremecer de nuevo. Con los ojos cerrados escucha una voz: Te voy a meter la lengua tan adentro como pueda, tesoro. Ella, como si deseara acudir en su ayuda, levanta ambas piernas y con las manos abre su coño y que quede lo más accesible posible para esa lengua deseada.
    
    Lucas prepara una lengua ariete, un músculo apretado y duro que recuerda de forma vaga a un pequeño pene juguetón y nervioso. Observa cómo las manos de la amante, al separarse los labios del coño han permitido que la vagina también se entreabra y ofrezca. Así, con su ariete preparado, comienza un viaje en el ano, rodeándolo y apretándolo como si la lengua fuera capaz de abrirlo. Después se entretiene en la horquilla de la vulva hasta abrirse paso ...