1. Cunnilingus acompañado de Debussy


    Fecha: 13/03/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: BocaCaracol, Fuente: TodoRelatos

    Se lo debía desde su último encuentro, el de la maravillosa masturbación a dos que se prodigaron. Hoy se lo ha recordado mientras subían al piso: «Me apetece muchísimo escuchar el “preludio a la siesta de una Fauno, Lucas». Lo ha dicho con esa sonrisa que solo ella sabe poner y que le sube la libido a cien. De ahí que tal y como han sobrepasado la puerta ninguno de los dos ha necesitado palabras. Ella ha ido al baño a prepararse y él a buscar el vinilo con la obra de Debussy. Después de mirar su duración, unos once minutos, lo ha colocado con cuidado en el viejo giradiscos Thorens, lo ha puesto en marcha y ha dejado el brazo posicionado en su lugar.
    
    Lucía ha aparecido en el salón totalmente desnuda y Lucas, como le sucede siempre, se ha quedado prendado de esa perfecta “normalidad" de todas sus formas y del equilibrio maduro de un cuerpo que ha parido y ha superado la infinidad de sinsabores que prodiga la vida por el hecho de vivirla. Le pide que se dé la vuelta para admirarla de espaldas. Claro que está lejos de un cuerpo de veinte años. Y mucho. Pero la ve tan hermosa solo por ser Lucía, por ser su amor otoñal y ofrecerse del modo que lo hace...
    
    Le pide que se tumbe en el sofá que ahora irá él. Ella, que no había dicho una palabra, le dice ahora que puede hacer lo que le plazca con su cuerpo. Soy totalmente tuya, cariño, concluye con voz sensual y desde un acto de absoluta confianza.
    
    Él, después de admirarla allí tendida y preparada para ser alimento de su pasión, deja caer el brazo del giradiscos el cual, tras el primer golpe de la aguja con los surcos, da paso a la música. El sinuoso solo de la flauta coincide con un primer beso en los labios. Suave, apenas húmedo, la tarjeta de presentación. De ahí su boca emprende un viaje hacia el Sur. Primero van los dedos guía abriendo el camino, detrás ella tanteando con los labios ciegos. El trayecto errático parece imitar la melodía de la flauta: persiguiendo colmar los pezones, rodear sus aureolas o calibrar la textura de los pechos. No existe prisa, claro, pero no es lícito detenerse cuando el botín y la apuesta confluyen en la vulva aún lejana. Los dedos, hábiles exploradores, han sobrepasado el bosque que la delimita, pero no se detienen, por más que ella les entreabra la puerta a su interior. Prefieren seguir por entre los muslos, alcanzar las rodillas, llegar a los tobillos y emprender un viaje de subida que recuerda al de una sierra cuando abre su objeto en dos.
    
    Los dientes del amante comienzan a mordisquear la carne tierna del pubis mientras la mano derecha alcanza su objetivo y la izquierda se entretiene con sus amadas “tetitas”, así las llaman ello. Y mientras unos dedos conquistan pezones, otros investigan la receptividad del sexo que pronto será alimento de una boca hambrienta.
    
    El juego ha llevado a Lucía a girarse hasta reclinar la cabeza al final del respaldo del sofá y ofrecerle al amante su vulva abierta y expectante. Lucas, como le sucede cada vez que la tiene ante sí, ...
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